Villa de Otura - Granada

“Esto demuestra una vez más que la estrategia preferida del PP es la de calumniar y calumniar que algo queda”

La Junta de Andalucía indemnizará a las mujeres andaluzas que padecieron formas de represión sobre el honor, la intimidad y la propia imagen durante la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura. El Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto por el que se reconoce a estas personas el derecho a percibir una cuantía fija de 1.800 euros, en pago único, como modo de reparación moral y reconocimiento a su papel en la construcción de la actual sociedad democrática.

El consejero de Gobernación y Justicia, Luis Pizarro, ha subrayado tras el Consejo que la nueva norma viene a saldar una "deuda moral" con estas mujeres, que sufrieron distintas formas de represión durante esos años, muchas veces "por el simple hecho de ser familiares de víctimas del franquismo".

Esta decisión de la Junta de Andalucía ha sido criticada por Cospedal, secretaria general del PP, por considerar que divide a las mujeres por su ideología, cuando en realidad el decreto no prima ninguna ideología, ya que muchas de las mujeres que fueron vejadas, humilladas, no tenían nada que ver con la ideología de izquierdas de aquella época, eran simplemente familiares de personas que habían sido torturadas, fusiladas, encarceladas, perseguidas, expulsadas de España, como ha explicado Luis Pizarro.

Hasta aquí todo correcto dentro de lo que es la normalidad democrática y la dialéctica política.
Sin embargo hoy parece ser que Ignacio Fernández, alcalde de Otura, se ha levantado literariamente inspirado y ha puesto fin a la política de altura. En su feudo cibernético se ha dedicado a mezclar recortes de prensa con opiniones de sus lideresas, Esperanza Aguirre y Cospedal, todo ello aderezado con expresiones irrespetuosas y carentes de sentido común, como ya nos tiene acostumbrados.

No le gusta al alcalde la Asociación de la Memoria Histórica, de hecho da la sensación por sus palabras de que le cansa o le aburre. Tampoco acierta a la hora de calificar a las víctimas con imparcialidad y objetividad, como se espera de un político de centro. Mientras que por un lado habla de víctimas de la represión, por otro se refiere a “víctima(s) de las mil y una salvajadas que cometieron los republicanos durante los años 30 y más concretamente durante el año 36 cuando asesinaron impunemente…”

En su repaso a la política nacional e internacional se aprecia que no solo la inspiración sino la lucidez le abandonan por completo. De hecho se limita a obedecer la consigna de su partido sobre la “existencia de un estado policial” que actúa contra la oposición, recogiendo las palabras de Aguirre, que a su vez las copia de Cospedal, que a su vez se las habrá redactado el ideólogo de cabecera.

Pero uno de los dislates que más llaman la atención es su concepto de juramento. Mientras que Otura entera tiene que confiar en la veracidad del juramento que prestó al tomar posesión de su cargo, Ignacio Fernandez pone en tela de juicio “el juramento de las mujeres supuestamente vejadas durante el franquismo…”

Y cuando todavía Javier Arenas no se ha pronunciado sobre la conveniencia o no del decreto, el alcalde de Otura, cual alto visionario de la política, propone presentar un recurso de inconstitucionalidad.

Es curioso que alguien “tan preocupado” como Ignacio Fernández en cerrar heridas lance puñales contra muchos de sus vecinos y vecinas al expresarse en los términos que lo ha hecho en su página web.

Sinceramente, Otura no se merece este alcalde.