Illora - Granada

maxo ere la caña d spaña¡¡¡ xDxD
peaso poeta stas exo y lo mjor s como djas a los dmas

amigo tu aliento,
me hace replantear,
que aparte de bilordos,
entran personas de verdad.

ya ves que intento,
poner cada virgen en su altar,
hablar de quien conozco
y no dejarme nada atras.

estoy en illora to los dias,
contra los barbaros combato,
ellos me quieren hacer suyo,
y yo rapidamente les digo: alto!

que no soy de nadie,
ni de ningun lugar,
somos juambos locos,
sin bandera ni ciudad.

unete a nosotros,
forea y escribe sin piedad,
sin duda nuestro pecado favorito:
es la vanidad.

Registrate,
el ruido de tus palabras volando,
nos hace aparecer.

Naiden & Naiden asosiation.
Arde illora.

Tú jugabas a soplar la espuma de mi cerveza
Yo a encontrarte detrás de un rizo

Tú ibas de ken rubia
Yo de Nancy con jersey

Tú no quisiste ningún bar vetado
Yo no renunciaba a mis aceitunas

Tú trajiste el aire del levante
Yo recordaba tierras lejanas

Tú enjugabas lágrimas de cocodrilo
Yo descendía a los sótanos

Tú nos mostrabas el salón de tu casa
Yo la ciudad que me vio nacer

Tú saludabas a la multitud
Yo consolaba a mi soledad

Tú nombraste a los ausentes en un brindis
Yo me tragué las lágrimas

Tú terminaste invocando a Dios
Yo me quedé a cuadros

Tú mirabas a unos ojos negros
Yo hacía una foto perfecta

Tú te marchaste respirando deprisa
Yo volví a trotar por la estepa

Yo me alegraba de volver a verte.
Tú nunca lo dudaste.

Vivan los versos asabinados.
siempre conjugan bien,los vebos
amar y perder. q no es nada facil.

Aporto yo algo de mi cosecha,
tambien asabinada y con aires urquijos.


Horas vacías,
Como el sueño que ya acaba,
Horas que pesan,
Y me doblan las rodillas,
Horas que se paran,
Y no dejan que yo siga,
Horas que persiguen,
A otras horas que no hablan,
Horas que de noche,
Desnudan la mañana,
Horas en los bolsillos,
Que no valen para nada,
Horas malheridas,
Por la hiel de la venganza,
Horas que amenazo
Con esconder entre mis manos,
Horas que ya saben,
Que este día no descansan,
Horas que no valen,
Ni el trabajo de contarlas,
Horas que me susurran,
Una canción de despedida,
Horas que empujo,
Y no se hacen daño en la caída,
Horas que enloquecen,
Contagiadas por la prisa,
Horas que devuelvo,
Convertidas en semanas,
Horas inciertas,
Como el venir de la guadaña,
Horas que en el hielo,
acabaron la mudanza,
Horas que pudieron,
Y que a tu lado nunca fueron.
Horas como aquella luz,
Que no se ve entre las ramas,
Horas en el patio,
Pendiente de que no llegue la hora,
Hora de que acabe,
Este cuento llorando sobre la cama.