Cuevas del Campo - Granada

VISITA AL RÍO en mi infancia
En las alamedas verdes
del desaparecido río,
pasaba con la yegua
horas de dulce idilio.
Jamás tan complaciente
de mi emoción gozosa.
Su trote acompasado,
me condujo hasta el cortijo,
donde el raudal tranquilo
de las acequias, moja
los maduros racimos;
de mi amoroso ahínco,
alrededor del soto
con ciruelos, higueras y limos.
Sus patas esbeltas y ágiles;
talquinosas huellas hundidas,
esparcidas por la blanca alfombra
de sotos talados y caídos.
Los podados chopos
por fin mostrarme quiso,
mi vista languida sobre
la grupa alabastrina,
y el fulgor del verano
le dio tan pronto alivio,
que el sudor en sus mejillas
pasó como el rocío. AR.