Cojáyar - Granada

Que tiempos aquellos, antes de la "nube" cuando todo el arroyo estaba lleno de vegetación y de enormes piedras; casi ni se podía pasar y cuando ibamos los crios a bañarnos al "balsón de las hoyicas". También recuerdo los arenales cuando estaba lleno de vida; siempre te encontrabas gente: Que si Rafael el del barranco con la reala de hijos, que si Luis manzano y familia, Manolo el taxista, Juan Alvarez, Manuel Castillo e hijos, Pepe el de Olimpia, Florianete, Antonio Cayetano y un largo etc. Siempre había mucha gente en los arenales y no digamos en las majadas de enfrente. La rambla era un transitar de gente con mulos: unos rambla arriba, otros rambla abajo. Pero llegó la maldita "nube" y arrasó con todo; sólo dejó algunos peñones rodeados de un mar de arena. En unas horas todo el esfuerzo de tantísimas generaciones sepultado para siempre bajo el inmenso arenal. Tras de ese fatídico mes de Septiembre del 72, que jamás olvidaré, se produjo la gran migración de numerosas familias hacia el campo de Dalias, principalmente. Todavía recuerdo con claridad cuando Rafael y Alfonsa -con sus hijos por delante- abandonaron el pueblo en un camión con todas sus pertenencias -incluidas las cabras- hacia la tierra prometida de Almería. Fueron los primeros de un largo éxodo que partieron, dejando tras de sí sus tierras, casa y familiares......

Saludos cojayeros para el recuerdo.

Venga, animaros y contar las vivencias de la niñez. Un saludo

pues anda que no hemos comido los muchachos de entonces albaricoques,en lo de pepe el de olimpia.
saludos

Te corrijo Cojayero, fue entre la noche del 18 yla mañana del 19 de octubre de 1973. Yo ví a medio dia desde el camino de las grajeras en los majuelos, todo el arroyo entre lo que fueron los arenales y los cortijillos de punta a punta de agua turbulenta y marrón arrastrando arboles, piedras como si fueran unos rápidos y un estruendo atronador.
Como decía mi padre, si la nube hubiese caido de dia, muchos hubieran-hubiesemos perecido, todo el mundo en el campo en plena temporada de almendras. Saludos.
Andrés el de la rubia

por desgracia son pueblos conde nados a desaparecer