Cádiar - Granada

Ya comenté aquí que ahora preparaba un taller de elaboración de pan. En ello estoy. Esta tarde ya hicimos la masa madre -en nuestro pueblo se le llamaba "recentar"-, y mañana haremos y coceremos el pan.
¿Cómo no evocar tan buenos recuerdos de cuando en casa de mis abuelas -María y Ascensión- y en la mía propia, se hacía el pan? Aquel aroma del pan cocido, recién sacado del horno; es inolvidable para mí. O el de los dulces caseros, madalenas, galletas, tortas de litines, roscos de vino y aguardiente, bollos de tala, mantecaos... pan de aceite, tortas de chicharrones, solletas, jayullos, papas asás al calor del horno huuuuuummmmm¡¡
Saludos que se me hace la boca ambrosía.

Ya hicimos el pan. Nos quedó bién cocido, "espercojao" y gustoso.
El taller de pan -al decir de los participantes y organizadores- ha sido todo un éxito. Por mi parte, también. Se creó -o creamos- un buén ambiente entre las 20 y pico personas que ayer pasaron por Can Roca.

Con el fin de aprovechar "los tiempos muertos" entre elaboraciones y tiempos de levado -fermentación-, me preparé varias recetas que hicimos también. Después de hacer la masa, en la que todo el que quiso metió puños, hicimos unos buñuelos, al estilo de los "tejeringos" de los cortijos de la Contraviesa que degustamos con un espeso y rico chocolate caliente.
Preparamos la masa y elaboramos un Roscón de Reyes, un pan blanco para hacer en el horno de casa, una pizza "frutti di mare" y unas cocas pagesas, al estilo de las masias de aquí. Se hacen con la masa del pan, bién aplanadas, se untan de aceite de oliva por encima, se le ponen unos piñones y se espolvorean con abundante azúcar. Se ponen en el horno unos 20 minutos, al sacarlas se rocían con un poco de aguardiente y quedan riquísimas. Les llaman "coques de forner o de pagés".
Cada participante -había hombres, mujeres y niños- elabóró a su gusto y manera, el pan que después de cocido se llevaron. Acabamos casi a las cuatro de la tarde. Todo salió magnífico. La mayoría no habían visto nunca, ni sabián, cómo se hacía el auténtico pan -no estas gomas de mascar que venden por doquier-. Y más se sorprendieron cuando les dije que todo lo que habíamos hecho entre todos lo hacía una mujer sola. Y es que una masa de pan con 20 kg de harina, cuesta de mover lo suyo. Vuelta va y vuelta viene y cuanto más se trabaja más rico queda el pan después.
Saludos.