Cádiar - Granada

Se acerca la fiesta de nuestro patrón S. Blas y es de suponer que se lanzarán bastantes cohetes y se quemarán tracas y castillos de fuegos. Quiero hacer una previa para decir que a mí me gusta el jaleo de la pólvora en toda fiesta popular que se precie: desde los cohetes de "lagrimicas" hasta el gran trueno gordo, que en mi infancia anunciaba el final de la fiesta. Hasta que no cumplí los diez o doce años, los cohetes eran una verdadera pesadilla para mi. 'Cuantas veces mi buena madre se tuvo que ir de la plaza conmigo en brazos y a julle que te pillo, porque el ruido de los cohetes me ponían histérico.'¡
Recuerdo una procesión de S. Blas, siendo acólito, que para resguardarme de la traca me encerré en la ermita, con el Santo ya en la puerta: y aún se me ponen los pelos de punta al recordar el temblor de los cristales y las sacudidas de la ermita toda. ¡¡Que terror pasé aquel día¡¡
Cuando me hice mayor, ya se me fueron ése y otros terrores que de niño se tienen.
Todo esto viene a cuento para preguntarme -y preguntar- si es necesario derrochar tanto dinero -porque los cohetes hoy van caros- y no dedicar parte del presupuesto de la fiesta a otros menesteres. No hablo de que no se tiren cohetes, sino de que con unos cohetecicos también se que daría bién y no las exageraciones del pim pam pum a que estamos acostumbrados todo el santo día.
Saludos.

Dimelo a mi, que iba de orquilla de San Blas y en la puerta de la Ermita cuando empezaron los fuegos artificiales el Santo se quedo cojo de una orquilla ya que el mister se quedo dentro de la ermita. Algunillos tuvieron que hacer de horquilla. Que momentos aquellos, yo también fui monaguillo, quizas por eso ahora solo sigo mi religión (en el fondo es la que sigue todo el mundo). Eso si respeto al maximo las tradiciones, es lo que nos une y nos identifica, ya sean religiosas o profanas.