Baza - Granada

Jesús Cascón / GRANADA / 14.07.11
Aunque no le correspondía ser protagonista, Martínez Caler se convirtió en el centro de todos los comentarios en la sesión de investidura de Sebastián Pérez como nuevo Presidente de la Diputación. La ausencia del ya ex presidente fue el blanco de la mayoría de los comentarios de los presentes. Hasta Javier Arenas lamentó la ausencia del dirigente socialista, al que no dudó en acusar de ser “un pésimo perdedor”. Caler, a lo largo de las últimas semanas, demostró que la pérdida del sillón no fue encajada con elegancia. De él se dice en el PSOE que partió la idea de impugnar el sorteo de Lujar y con ello retrasar la constitución de la nueva corporación provincial, sea para destruir documentos, sea por mantener a sus cargos de confianza cobrando un mes más, o sea por una mala entendida pulcritud democrática. Sea como fuere, el caso es que la salida de Martínez Caler como presidente de la Diputación granadina, tras ocho años de gobierno autocrático, no ha podido ser más triste. Frente a esta descortesía llamó la atención la presencia del primer presidente de la Diputación José Sánchez Faba. La cortesía y los elegantes modos del que fuera presidente por UCD no pasaron desapercibidos para los presentes, demostrando que en política más importante que saber ganar es saber perder y por lo visto, Martínez Caler ha de seguir recibiendo clases.

Lo mismo se podría decir de la ausencia del subdelegado del Gobierno, Antonio Cruz. No sabemos los motivos de esta ausencia aunque algunos de los presentes presentían que la misma se habría debido a las críticas lanzadas por Marifrán Carazo tras la llegada de las últimas pateras a las costas granadinas. Sea cual sea el motivo de su ausencia, lo que quedó de manifiesto es que algunos dirigentes del PSOE han demostrado una vez más su mal perder y su evidente falta de clase. Los que te eligen en las urnas o votan por tí te están demandando tu presencia a las duras y a las maduras, y es inconcebible que la máxima representación del gobierno de la nación en Granada no asista a la toma de posesión del cargo político más importante de la provincia. Seguramente tendrá una buena excusa, o eso creerá, porque salvo motivos de fuerza mayor, su no presencia en el acto demuestra bien a las claras que Antonio Cruz ha perdido el norte. Más parece deberse a su partido que a sus obligaciones, las propias del cargo. Además de controlar la presencia policial y de asegurar el completo y absoluto orden en las calles, el subdelegado tiene mucho de cargo protocolario, y su presencia refuerza el papel de las instituciones a las que visita. Bien mirado, a lo mejor no ha ido porque Rubalcaba no tiene buena impresión del papel de las diputaciones.

Aplíquese por tanto esta reflexión a la ausencia de Caler. Ha dejado huérfanos a tantos colocados que en la jornada de investidura pululaban por los pasillos del edificio provincial mirando a un lado y a otro, algo temerosos, impresionados por tanto popular en la que ha sido su estancia, su lugar de trabajo y de más cosas durante ocho años. Ahora el inqulino es diferente, y Caler no podrá ayudarles ni tapar deficiencias porque, sencillamente, ya no pinta nada. Sí permanecen otros dos personajes que han sido su estandarte en política: Aponte y Cotarelo. El primero deberá tener carrillos anchos para albergar tanto color cuando le saquen las cuentas de la casa y la segunda es el ejemplo más claro del patetismo político. Suya ha sido la frase de discurso “apoyaremos a su equipo de gobierno, o no”, además de realizar un recorrido triunfalista y en absoluto certero por su gestión cultural en Diputación que, afortunadamente, pegará un cambio en la gestión. Podrán venir a cantar cuarenta o dos, abrir seis museos o ninguno, pero el cariz del trabajo interno dará un vuelco importante. Al tiempo.

Por cierto, son muchos los rumores sobre el futuro de Caler. El run run más oído entre los asistentes a lacto es que el ya ex presidente optará por pedir su reincorporación a su puesto como profesor, donde permanecerá hasta que se convoquen las próximas elecciones generales. En ese momento Martínez Caler optará a ocupar un puesto en la lista al Senado por el PSOE. Optará Martínez Caler… o Caler Martínez. Ahí lo dejo.