La España de Rajoy, derecho para unos pocos. Mientras directivos cobran sueldos millonarios, muchos trabajadores no han cobrado todavía su nómina completa. Bajadas de sueldos y despidos en Intereconomía para intentar evitar el cierre Por Javier Fonseca Más artículos de este autor La dirección del grupo ha llamado a una reunión a los representantes de todos los medios que componen Intereconomía para comunicarles un plan de reestructuración del grupo que contiene bajadas de sueldos y despidos. El enfado entre los trabajadores aumenta, al saberse que directivos de la cadena como Alfredo Dagnino y Marcial Cuquerella no reducirán sus sueldos de 400.000 y 350.000 euros respectivamente. Javier Fonseca.19.04.12. Julio Ariza y su mano derecha en el grupo Intereconomía Alfredo Dagnino mueven ficha para intentar evitar el cierre del grupo. Según ha podido saber Diario El Aguijón, la dirección del grupo ha convocado a una reunión a los representantes de los distintos medios que componen el grupo para anunciarles las medidas que ha decidido adoptar la empresa sobre la marcha del grupo. Sólo los trabajadores de La Gaceta acudirán representados por su comité de empresa, ya que el resto de medios carecen de representantes sindicales. Según ha podido saber Diario El Aguijón, durante la reunión se informará de los graves problemas económicos por los que atraviesa el grupo que está imposibilitando el pago de las nóminas con normalidad y de pagar las facturas pendientes. Entre las medidas que nuestras fuentes apuntan que el grupo pondrá sobre la mesa, estará la de reducir salarios a toda la plantilla, y llevar a cabo despidos selectivos en algunas “unidades de negocio” del grupo. Crece el descontento al saberse que los sueldos millonarios de Alfredo Dagnino y Marcial Cuquerella no se tocan Al correrse como la pólvora entre los trabajadores la posibilidad de la bajada de sueldos, y al conocerse que dos de sus máximos directivos Alfredo Dagnino y Macial Cuquerella cobran 400.000 y 350.000 euros respectivamente, el enfado se ha vuelto en indignación. Según ha relatado a Diario El Aguijón una redactora de La Gaceta, “esto es una putada, porque aquí hay mucha gente que no aporta nada y que andan pintándola todo el día, con sueldos de millonarios como el de Dagnino de 400.000 euros al año o el de (Marcial) Cuquerella que gana 350.000 euros, y gente que hace trabajos similares son mileuristas, y ahora quieren hacernos pasar por el aro a todos de que todos nos apretemos el cinturón. La solución se la doy yo muy fácil: que estos dos y otros tantos, se pongan un sueldo de 2.000 euros al mes, y se cierren tonterías como la Universidad de Mayores y verán como las cuentas salen”, señala muy enfadada la redactora. Las cuentas de Intereconomía pasan trágicos momentos, sin lograr la liquidez necesaria para hacer los pagos más inmediatos como son las nóminas, y de las que todavía se adeuda una parte a un número importante de trabajadores del grupo, o que han llevado a que El Corte Inglés no proporcione los cheques regalo, con los que Intereconomía “pagaba” a bastantes contertulios. Ha habido incluso situaciones en las que técnicos de Radio Inter se han negado a grabar programas, mientras no cobraran el sueldo. Una organización que no se sostiene desde el punto de vista empresarial. El libro Dando Caña publicado por uno de los fundadores de Intereconomía y hasta hace poco uno de sus periodistas más emblemáticos, Enrique de Diego, relata cómo la estructura interna de Intereconomía no se ha construido sobre criterios empresariales, llevando a cabo iniciativas que desde el principio eran claramente deficitarias y que se ajustaban más a una visión megalómana de su fundador Julio Ariza y a una conveniencia política de apoyo y servilismo al Partido Popular, que a la estructura normal de un medio de comunicación. En el libro se explican errores que han lastrado las cuentas del grupo desde su fundación, como el hecho de que el grupo mantenga unas oficinas alquiladas en pleno paseo de la Castellana por las que paga una cantidad desproporcionada, y que va en la línea contraria de todos los grupos de comunicación que sitúan sus oficinas en polígonos industriales o en zonas donde el alquiler es de varias veces menos que la de Intereconomía. Según De Diego, esto sólo se produce porque Julio Ariza tiene una visión de político y no de profesionales del periodismo. En el libro Dando Caña, que jalona con cientos de anécdotas y datos sobre el funcionamiento de Intereconomía al que califica de un “Titanic de cartón piedra”, se explica por ejemplo, cómo en toda la dirección del grupo no hay ni un solo periodista. |