Armilla - Granada

Lo que está ocurriendo en nuestro país desde la toma de posesión de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno no puede extrañar a nadie.

Para decirlo en términos coloquiales, estaba cantado.

Solo la conciencia alienada, embotada, de gran parte de la población podía dar lugar a una espera difusa y esperanzada en que el estado general de cosas en España mejoraría con el cambio de gobierno. La realidad se ha desvelado muy distinta de las expectativas de los incautos de siempre (que, por desgracia, son legión).

Ahora bien, creo importante caracterizar el significado profundo de la acción de gobierno que está acometiendo el ejecutivo presidido por Rajoy, pues ello resulta imprescindible para diseñar una estrategia correcta para combatir sus medidas contrarrevolucionarias.

Considero que el Partido Popular no se ha propuesto simplemente reformar en un sentido liberal las instituciones y el ordenamiento jurídico españoles. Creo, por el contrario, que los "populares" persiguen dar un golpe de mano que altere estructural y permanentemente las relaciones políticas y económicas de clase, rompiendo los pactos de la transición y estableciendo la dominación sin complejos de la burguesía española y de sus representantes políticos e ideológicos sobre nuestro país.

Por ese motivo, hay que oponerse al programa y a la acción de gobierno del PP con las armas de la política, comenzando por constituir un frente único de lucha del que formen parte el PSOE e Izquierda Unida, sin sectarismos y sin exclusiones, para desplegar una enérgica e inteligente campaña de información y clarificación dirigida a la ciudadanía, que le explique lo que para la mayoría que no es ciega es evidente.

Es verdad que el PSOE se encuentra lastrado por su anterior acción de gobierno y por el hecho de que, en lo esencial, es una formación política que no cuestiona el sistema del capitalismo "globalizado". No obstante, es imprescindible contar con los socialistas, respetando su autonomía organizativa y programática, sin hacer sangre de sus fallos anteriores (ya habrá tiempo para eso, cuando la relación de fuerzas con los reaccionarios del PP cambie).

La consigna y el programa de acción para IU y PSOE deben ser: "marchar separados, pero golpear juntos". El enemigo de los asalariados y de los pensionistas es el gobierno de Mariano Rajoy, el PP. Solo la unidad de acción de los partidos de la izquierda y de los sindicatos puede permitir cambiar la relación de fuerzas y mantener la moral y la cohesión para las batallas políticas por venir.

No hay que desesperar; la lucha continúa.

Salud compañeros! RESISTIRE!!!!!

La paso que va este partido hasta las gaviotas volarán a otro sitio.