Armilla - Granada

Miedo escénico se llama eso. Al flamante fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce, le debieron temblar las piernas cuando desde las tribunas de la derecha furiosa le señalaron el camino. Y por ahí tiró. De ida y vuelta, eso sí, porque ayer ya estaba de regreso. Así de fugaz y de extraño ha sido el viaje de un hombre cabal a la teoría de una delirante conjura política, policial y judicial que, según sus adeptos, ha ocultado a los españoles la verdad de aquel fatídico jueves de sangre.

Primero mandó investigar un presunto caso de obstrucción a la justicia. El cuerpo del delito estaría aparcado en un cementerio de trenes cercano a Madrid. Eso fue hace diez días. Los llamados “conspiranóicos” le dieron la bienvenida al club, pusieron la mejor de sus sonrisas y ahuecaron la voz: “El 11-M es un caso más abierto que nunca”, “Buscar la verdad es un imperativo moral”, “No tenemos fines políticos, sólo queremos saber lo que pasó”, y cosas así.

En plena celebración estaban cuando el fiscal Torres Dulce se cayó del guindo. Ayer mismo les bajó los humos con su rotunda afirmación de que el 11-M es un “caso cerrado” y sin alternativas a la “verdad judicial” declarada en una sentencia firme asentada sobre hechos “probados” e “incontestables”. Por tanto, “ni la Fiscalía ni nadie va a reabrir el caso del 11-M”.

A partir de tan inequívoco pronunciamiento sobre el fondo del asunto, vuelve a enredarse en turno de disculpas a estos averiados gladiadores de la verdad. Solo quiso investigar, dice, “los términos estrictos de la denuncia” (la denuncia es la famosa notitia criminis aparecida en un diario digital), pero “si no merecen reproche o ya están judicializados”, pues se archiva el asunto y punto. Lo que calla es que si algo le sobra a los hechos denunciados (supuesta ocultación de unos restos a la tarea investigadora) es precisamente judicialización. Y el lo sabía, pero le pudo el miedo escénico y ahora recula.

Lo peor de todo han sido los efectos tóxicos que su inesperado viaje a la teoría de la conjura interior (los autores del 11-M habitan entre nosotros, no en desiertos remotos ni en lejanas montañas) han tenido sobre los actos conmemorativos de la tragedia en su octavo aniversario. Un aniversario para olvidar. Las víctimas de aquella masacre no se habrían sentido muy honradas al ver que su memoria es causa de división entre quienes dicen representarlas.

El respeto a una víctima del terrorismo me impide valorar con independencia de juicio la posición de Angeles Pedraza (AVT), que insiste en que la verdad del 11-M está por descubrir. O la de Pilar Manjón (Asociación de Afectados por el 11-M), que ha declarado algo tan terrible como esto: “hubiera sido mejor para nosotros que los autores hubieran sido de Eta, y así no nos insultarían tanto”. Hasta ese punto de amargura llega quien, en nombre de la mayoría de las víctimas del jueves de sangre, empezando por ella misma, que perdió a un hijo, detecta la repugnante manipulación que siguen haciendo algunos para superar la frustración causada por el hecho de que la autoría de tan salvajes atentados no fuera de Eta.

Ocho años de manipulación política por parte del Pp exige un perdón público.

Primero, por un ministro del interior que subestimó el poder de los terroristas que venían de fuera. Se le avisó que tomara medidas. No hizo caso.

Segundo, para guardarse la espaldas inventó una trama que ha durado ocho años con medios de comunicación que les seguía el juego.

Tercero, el nuevo fiscal ha tenido las agallas de parar esa manipulación que ya duraba tanto tiempo y no hacía más que confundir a la ciudadanía.

Cuarto, ahora que salga el Acebes a pedir perdón por su falta de eficacia, y después por ser del clan que han manipulado la verdad sobre aquellos hechos que tanto ha durado con el único objetivos de tener réditos políticos.

La única conspiración, según ha entendido el nuevo fiscal, es de aquellos que querían conseguir beneficios políticos cambiando la película de los hechos. Es decir, en el Pp hay personas honestas que han visto que no se podía seguir manteniendo esa manipulación por aquellos hechos que tanto dolor ocasionó; y la parte más reaccionaría que querían empujar al fiscal a ir a la misma manipulación pero que no han conseguido sus objetivos.

otra,BLA;bla,bla,bla,bla,bla,bla,bla,bla,bla,que pesado y que martirio tenemos que aguantar con el Bartolo.Todos los dias lo mismo.

BLA,BLA,CUANDO HAY POCO ARGUMENTO,VAYA CON EL LOCO DE LA PRADERA.

Me olvidaba ,,,,,,,,,,,,,,,,saludos socialistas,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,

Vergüenza dais vosotras por ser las voceras de quienes han arruinado el país/comunidad/pueblo, los del p$o€, en buena coca, en chicas de dudosa reputación, en dejar la sanidad, la educación... por debajo de la altura de las aspargatas...

Pero más que vergüenza, dais asco.

francris, está todo dicho, no hay más vuelta atrás. Vergüenza me daría de pertenecer a un partido que ha manipulado la verdad.