Armilla - Granada

Ni tienen vergüenza, ni la van a conocer nunca. Estos hacedores de la crisis que rodea a las personas menos favorecidas, se han empeñado en ponernos a los pies de los caballos, que no son otros que los que manejan el cotarro mundial.
El tal de Guindos, un elemento como para no fiarse ni un ápice de él, responsable ejecutivo para España y Portugal de unos de los bancos que desencadenó la crisis, el Lehman Brothers y que, en plena crisis de la CAM, -como ha quedado escrito y demostrado-, "sugirió" al equipo directivo de la entidad mediterránea que convencieran a sus clientes para que suscribieran las acciones participativas y preferentes que ahora no van a poder recuperar o que, posiblemente, pierdan definitivamente, acaba de cometer una de las mayores tropelías contra el pueblo español al dejar al carroñero albedrío de la UE, la reforma de todo el sistema financiero español.
Ya no es el hecho en sí del enorme desprestig
io mundial del Banco de España que esta barbaridad lleva anexa, de la cuál quizás sea merecedora, sino algo mucho más grave y que los partidos políticos deberían denunciar inmediatamente ante el Tribunal Constitucional: la cesión de la soberanía española en su sistema financiero. Más aún, el expolio y robo al pueblo español de la cesión de gobernanza y soberanía que este hace a sus gobernantes a través de su electorado y de los resultados de las urnas.
Puede que algunos de vosotros no esté de acuerdo con lo que voy a decir, pero, particularmente, me parece un acto de sabotaje, incluso, de traición. Esto debería tener una responsabilidad administrativa, política y penal. De manera inmediata.
¿Dónde está la izquierda española?. Entiendo la postura camaleónica del P(so)E, puesto que ellos también han consentido tropelías y aberraciones impuestas coercitivamente, pero sí que no comulgo con la tibia y destemplada posición de IU y el resto de la izquierda plural, que representan en el Parlamento a millones de españoles.
Señor@s esto no es una estafa. Estos hechos se pasan de castaño oscuro. Esto es una traición en toda regla a los españoles.
Y, desde aquí, animo a los partidos políticos responsables a que tomen el camino de los organismos donde corresponda denunciar este crimen y traición contra el pueblo español.