Aldeire - Granada

Esto es el sur España, (la gran España) la de infraestructuras faraónicas que no sirven para nada, bueno, solo para los señoritos, los políticos y sus amigos. Lo que expongo a continuación solo es una mínima parte de la cantidad tan inmensa de subvenciones, ayudas y comisiones que los grandes patriotas españoles se embolsan en nombre de la patria.
Las ayudas agrícolas de la Unión Europea, que nacieron para compensar la renta de agricultores en apuros por la histórica crisis del campo, han beneficiado en mayor medida a quienes acaparan más tierra. Desde la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, a apellidos vinculados a grandes bancos y empresas cotizadas en Bolsa, como March, Botín, Benjumea, Conde, Cortina, Alcocer, Entrecanales, todos llevan años solicitando y beneficiándose de fondos destinados a que el campo no se hunda.
En los listados de reparto de ayudas sus grandes sumas aparecen junto a agricultores reales que cobran subvenciones muy modestas. Pero esto podría cambiar porque la Comisión Europea va a presentar en noviembre una reforma con la que pretende que los subsidios agrícolas sólo puedan ser cobrados por quienes son realmente agricultores y, además, incluso podría establecer una limitación en las cantidades para que no se produzca la paradoja de que un subsidio sirva para hacer rico a alguien. Puede ser el adiós a los 5,5 millones de euros que recibe cada año la familia Mora Figueroa, el millón largo de euros que se embolsa la duquesa de Alba, los más de 300.000 euros de la familia Botín, los 458.000 de Mario Conde, los 375.000 de los hermanos Benjumea o los 130.000 de los Entrecanales., etc. etc.
Por fortuna esto se acaba pero los que se han enriquecido ya no hay quien se lo quite los mas honrados y humildes trabajadores de toda índole que les den por saco y por si fuera poco ahora tendremos que pagar por los desmanes y abusos de toda esta gentuza.
Aldeire como tantos otros pueblos de Andalucía no se queda atrás, ¿Qué pasa con los molinillos y las placas solares?, el tiempo lo dirá. Todo lo expuesto es lo indigna al resto de españoles, de ahí viene el dicho de las dos Españas, la que curra y la que vive del cuento.
Saludos.

Un buen análisis de lo que pasa en Andalucía, pero lo de las subvenciones es nada comparado con la especulacíón urbanística que ha destruido paisajes únicos y ha sido la causa de que la corrupción gobierne en Andalucía. Los beneficiarios de tamaño despoprósito los políticos, las financieras y las empresas constructoras, los perjudicados la mayor parte de los andaluces que hemos visto como se enladrillaban Vegas y Costas, y lo más grave, el que las vivendas alcanzasen precios prohibitivos para la clase trabajadora.
No podemos olvidar que durante treinta años esta Comunidad ha esta gobernada por el PSOE, y los últimos veinte por el Sr Chaves sin que, por parte de los andaluces, se les haya pedido responsabilidad alguna por los desafueros cometidos en tan largo periodo de gobierno.

Me parece más acertado el segundo análisis que el primero. El primero vuelve a sacar las arengas trasnochadas típicas de principios del siglo XX (la culpa es de los ricos, hay que quitarles las tierras a los señoritos, etc., etc.,...).

El problema nuestro es que la picaresca está extendida desde los niveles más bajos hasta los más altos y entre todos lo hemos consentido (por qué no investigamos y averiguamos los puestos de trabajo que suponen esas grandes fortunas, ¿serían los mismos si esas tierras estuviesen en manos de pequeños agricultores?, ¿serían más rentables esas explotaciones?, ¿nos ahorraríamos esas subvenciones o simplemente se dividirían y en lugar de un pícaro tendríamos mil?... ).

Como discurso político populista y demagógico no está mal, pero lo que necesitamos son SOLUCIONES REALES y POSIBLES y, desde luego, la solución no es dividir un gran problema en miles más pequeños.

Dejemos ya el estereotipo de los señoritos a caballo y los pobres campesinos andaluces segando de sol a sol. Seamos productivos y pensemos que Papá Estado SOMOS TODOS y que cuando usamos la picaresca para aprovecharnos de él, nos estamos engañando a nosotros mismos y estamos haciendo más profunda nuestra pobreza. Cuando asumamos eso, es posible que esto empiece a cambiar.

Los señoritos ahora no van a caballo ni pasean por sus fincas dando latigazos. Los señoritos están ahora en Sevilla, se pasean en coches de alta gama y están fresquitos en sus despachos. Y cada cuatro años arengan a sus súbditos y les piden el voto a cambio de un bocadillo, un viaje en autobús y un pellizco del PER, que pagaremos entre todos, incluidos los que los reciben. Nos bajamos los pantalones, les dejamos que nos den y encima les dedicamos la mejor de nuestras sonrisas.

El análisis del primer texto sobre las subvenciones a los grandes propietarios no tiene nada de populista, ni demagógico. Los grandes propietarios tradicionales de tierra en Andalucía, a los que se han unido banqueros y especuladores son los mismos que desde el siglo XIX, han detentado el poder político y económico en Andalucía, son ls mismos de la Dictadura Franquista y , desde la entrada de Espña en la UE los mayores beneficiarios de las ayudas comunitarias al campo, sin que esto haya conllevado la mejora de las fincas, ni el que la agricultura sea más competitiva, ni el aumento de los puestos de trabajo. La política agraria realizada por el PSOE ha estado ligada más a los intereses de esta oligarquía agraria, que a los intereses de los pequeños y medianos propietarios, que han sido unos de los mayores valedores de los triunfos electorales socialistas.

Prefiero que las subvenciones se distribuyan entre los pequeños y medianos campesinos a que se las embolsen la oligarquía agrícola y financiera. Y es que estos pequeños y mediaños campesinos, con una economía precaria en muchos casos, han sido los causantes del mantenimiento del medio ambiente rural y de que la despoblación de los pueblos no sea total. Y, en el caso de la agricultura intensiva de invernadero han sido los generadores del desarrollo económico de determinadas zonas andaluzas, siendo los últimos beneficiarios de la riqueza por ellos creada.

Frente a las grandes empresas capitalistas agrarias en las que priva la consecución del máximo benefico, son necesarias políticas que apuesten por las explotaciones medianas, introduciendo las reformas necesarias para que pueda vivir dignamente un campesino y su familia. Para ello es necesario que existan leyes que los protejan de los especuladores del agua, de los financieros, de las grandes empresas comercializadoras, de semillas .. , en una palabra, de todos los que se lucran a costa del trabajo de los campesinos. Andalucía necesita una política solidaria no sólo para el campo, sino para todas las actividades productivas. Estamos hartos de políticos que son manijeros de los capitalistas, estos nos sobran, y a la mayoría de los andaluces no nos representan.

A.B.I.A.