Albondón - Granada

Para Leo

¿Quién soy yo para robar la libertad?
De un jilguero, dulce música encasillada
De ese niño, que salta e la mañana,
Y de la chavala que sueña enamorada
O de ese cervatillo perdido en la montaña.

¿Quién soy yo para juzgar tu libertad?
Si la mía, no la se controlar
¿Quién soy yo para juzgar tu belleza?
Habiendo perdido la mía en el camino
Con años curtidos, tallados en mi fortaleza.

¿Quién soy yo para juzgar tu llanto?
Lagrimas de un recuerdo regado
Añoranza, que vuela al pasado
Soñando con otros tiempos
Que mi corazón dejaron dañado.

¿Quién soy yo para juzgar tu vuelo?
Si nuestro nido quedo vacio
Nuestros hijos ya partieron en busca de su sendero
Tu mirada se quedo perdida
En esos columpios mecidos al viento.

¿Quién soy yo para juzgar tus lágrimas?
Evocando un tiempo vivido

Con nuestras alegrías y tristezas
De encuentros y desencuentros
Pero de un amor con los años fortalecido.

Para todos esos padres que caen en el olvido, viven con añoranza la distancia de los hijos.

VIDA DE UN TURUNERO

Lluvia fina de invierno
Las nubes cubren las montañas
Hiela el frio viento
Las nieves cubren las alturas
Sus manos quedan congeladas
Si va a la aceituna.

Andrés regresa cansado
Sus ropas viejas empapadas
El jornal lo trae ganado
Sus mirada al suelo
Espalda sufrida curvada
Regresa a descansar al pueblo

Aceituna en el suelo tirada
Caminar torpe, paso escarpado
El mulo lo trae cargado
Levanta la vista al cielo
El cielo sigue encapotado
Trae perdida su mirada.

Un vistazo a la ermita de San Marcos
La niebla la ha difuminado
Esta bella, hermosa y blanca
Al santo pide un milagro
No se estropee la aceituna
Poder seguir fuerte y sano.

Mudas sus torpes palabras
Una manda ha echado
Si San Marcos le ayuda
La procesión hará descalzo
Y varias docenas de cohetes
Como el año pasado.

Todos los días agradece
Que sus hijos hayan estudiado
Y al aprobar unas oposiciones
Trabajen para el estado.

Todos los días agradece
Que sus hijos hayan estudiado
Que no sufran con el frio, lluvia y nieve
Que trabajen en una oficina sentados
Aunque nadie le agradece
De todo lo que Andrés se ha privado.

El nombre utilizado es un nombre ficticio al igual que la historia. Quisiera pedir perdón, si alguna sensibilidad he tocado


Para todas aquellas madres, prometerles quisiera. Que antes del fin de semana, su poema tendran colgado. un saludo de un amigo

Que bonitas poesias.

Muchas gracias

Preciosas, sí señor.

contravieso eres un ochenteañero empedernido.
que vivan los 80 y también los 90.