políticos y religiosos y no desde una viñeta presuntamente humorística, ni desde una escultura que representa a Cristo empuñando un misil, ética, y sobre todo estéticamente, lamentable. En el buen sentido de la palabra libertad, el arte, sin embargo, no viola, no mata, no profana, es expresión que podrá entenderse transgresora pero no perturbadora de la convivencia. Si se tiene sentido del humor y del arte. El verdadero peligro viene de las palabras dichas o escritas con el propósito de agredir, de ofender. Un comunicado de Al Jazzira está siempre cargado de perversas intenciones, de amenazas nada subliminales sino visibles. Una tertulia de cierta emisora de radio, si no se pone freno al tremendismo de las palabras, está incitando al odio en un país aparentemente sosegado.
Hay líderes políticos y ex ministros que juegan a contracorriente de la realidad, a pesar de las evidentes pruebas en contra. Es su verdad absoluta con la que no se puede dialogar. La misma verdad absoluta con la que los fanáticos quemaban herejes en otros tiempos, como hoy queman embajadas. Contra ese fundamentalismo irracional, lamentablemente, nada podemos hacer. Importante: Se permite la reproducción de los textos siempre que se cite la fuente