La Jonquera - Girona

Problema enquistado

La Jonquera se desespera al no poder controlar el turismo sexual

Carol Álvarez | Barcelona

Actualizado lunes 09/04/2012 14:47 horas

Si 'The New York Times' ha puesto estos días en el mapa a la localidad gerundense de La Jonquera como meca de la prostitución en España, sus habitantes han aprovechado la ocasión para reivindicar de nuevo un problema ya enquistado en la zona y contra el que no hay ordenanza ni autoridad que valga. La alcaldesa de La Jonquera, Sònia Martínez (CiU), admite que no es nueva la situación que denuncia el rotativo norteamericano, pero hace un llamamiento público para que se busquen soluciones realistas al problema de la prostitución.

Y es que la ciudad que apenas supera los 3.000 habitantes ha hecho todo lo que estaba al alcance para erradicar el proxenetismo en la zona, esto es, impulsar una ordenanza municipal que multa tanto a clientes como a prostitutas. Tres años después de su aprobación, la norma es agua de borrajas: "No multamos con ánimo recaudatorio, sino para disuadir la actividad", apunta la alcaldesa Sònia Martínez, pero al final no consiguen ni una cosa ni la otra, porque los clientes que recurren a los servicios sexuales de pago son casi en su totalidad franceses y, o bien pagan al momento –una ínfima parte de ellos- o bien se abre un proceso administrativo para cobrar la multa que no llega a ningún fin por no ser competentes para sancionar en otro país.

Así, las multas impuestas en cumplimiento de la ordenanza que prohíbe la prostitución en la localidad, unas 600 aproximadamente, quedan en papel mojado por la insolvencia de la prostituta o el origen extranjero del cliente.

El macroprostíbulo Club Paradise, que abre en el término municipal de la Jonquera, atrae a numerosos ciudadanos del otro lado de la frontera, pero la actividad de las prostitutas se extiende por el polígono industrial de la localidad, que frecuentan los camioneros en tránsito por la zona, y las carreteras principales como la AP7 y la N-II. La situación, denuncia la alcaldesa, es especialmente grave porque "atenta contra la dignidad de la mujer, que pasa horas y horas en la carretera pasando frío o bajo el sol".

La norma que quiere impulsar el Govern para prohibir el ejercicio de la prostitución en las carreteras de titularidad de la Generalitat sólo repercutirá en un desplazamiento de los servicios de sexo de pago a la carretera nacional, que depende del Gobierno central.

El Ayuntamiento de Barcelona, también señalado en el artículo de 'The New York Times' por la oferta de sexo de las Ramblas, pretende estrechar el cerco sobre los clientes de la prostitución antes del verano y eliminar el aviso previo de la Guardia Urbana que contemplaba hasta ahora la ordenanza municipal. Según Europa Press, el Ayuntamiento de Barcelona quiere asegurarse de que los turistas pillados con una prostituta en la calle paguen las multas, a diferencia de los nacionales, que suelen abonarlas, con lo que estudia fórmulas para "garantizar" que también cobrará de los visitantes.

https://ww.elmundo.es/elmundo/2012/04/09/barcelona/1333975650.html