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Unos 20.000 vecinos siguen a oscuras en sus casas por sexto día consecutivo

A oscuras en Gerona: «Esto es una situación tercermundista»

13 Marzo 10 - Calonge (Girona) - Noelia Ramírez

La nueva rutina de los gerundenses batalla con aceras heladas y generadores de luz ensordecedores.

Araceli Pons lleva 120 horas sin suministro eléctrico. Vive, tal y como relató ayer, «una situación tercermundista». Ella, su marido y sus dos hijos se pasaron desde el lunes hasta el jueves encerrados en su casa de la urbanización Mas Pere de Calonge (Girona) a seis grados de temperatura ambiente, sin luz y sin posibilidad de salir porque la nieve colapsaba las vías. Sitiados en su propia casa.

El jueves «al fin» pudo salir, gracias una estampa que, tal y como definió, fue «totalmente surrealista». Un vecino de su urbanización murió de infarto y los Bomberos y Protección Civil tuvieron que limpiar y despejar la vía para que el coche funébre pudiese desplazar el cadáver.
Desde entonces, recorre dos kilómetros a diario a duras penas con su coche –todavía hay rastros de nieve y los accesos están helados– para ir a casa de su hermana, cerca del club tenis de Calonge, donde toda su familia come, cena y se puede duchar.

Sin despensa
«Mira, hoy he tirado toda la comida del congelador, lo tengo todo fotografiado para reclamar por todos los daños, a mí este descalabro me lo pagan», explica mientras muestra los daños que la nevada ha causado cerca de su casa.

Araceli y María no se conocen, entre sus hogares apenas les separan tres quilómetros de distancia, pero María puede presumir de haber tenido más suerte que ella. El jueves, cuatro días después de que el temporal de nieve encerrara a casi toda Cataluña en sus hogares y dejase sin suministro eléctrico a prácticamente toda Girona, las lámparas de su casa volvieron a encenderse. La luz hacía acto de presencia tras 72 horas de penurias. Ella y su marido, jubilado y minusválido, «estaban en las últimas».

Un enorme generador instalado bajo su ventana en la calle Balmes de Calonge obró el milagro e impidió que, –después de agotar todas las pilas de las linternas–, el 2, el 3 y el 5 de velas de cumpleaños pasados le sirviesen de precarios farolillos. «Ya tenía las velas colocadas en la encimera de la cocina para encenderlas», explica aún emocionada.

«Al menos tenemos luz, pero mi hija tiene que dormir con tapones por el ruido del generador y ni con esas descansa», apunta la vecina de María, Dolores Martínez. El rellano que comparten se convierte en un alud de críticas contra las eléctricas cuando se suma una amiga y vecina de la urbanización Galceran de Requesens. «Nos llegó el pan y la leche gracias a un vecino que se aventuró a repartir alimentos entre el caos, de Endesa, ni rastro», asegura.

Líneas obsoletas
«Nos cobran demasiado y las líneas estaban hechas un desastre, obsoletas y medio destruidas. Tanto publicitar sus inversiones en Sudámerica y aquí nos dejan a oscuras. Es una vergüenza», defiende María y el resto asiente conforme.

«Necesitamos más seguridad y más potencia, si la Línea de Muy Alta Tensión (MAT) nos asegura que esto no volverá a pasar, bienvenida sea», asegura Dolores.
Junto al generador que abastece a la calle de Dolores y María conversan dos jubilados. Comienzan a discutir por la picaresca que ha surgido entre la venta de grupos electrógenos portátiles.

«Me vendieron uno por mil euros y luego me he enterado de que su precio real era 400, me han robado en mi cara y se han aprovechado de que la gente iba desesperada por tener un poco de luz, toda esta semana ha sido un descontrol total», le cuenta uno de ellos al otro.

Y es que los destrozos por la «catástrofe» en las líneas de la provincia catalana son evidentes al acercarse a Girona. Torres de alta tensión caídas sobre mantos blancos de nieve son el nuevo paisaje de municipios costeros que se atiborran de turistas en verano y Semana Santa. La nieve sigue colapsando las aceras de las urbanizaciones a tres semanas de las vacaciones.

Los esfuerzos a contrareloj de Protección Civil y Endesa por enmendar la catástrofe consiguieron reducir ayer a la mitad los afectados por el apagón, –se pasó de 40.000 a 20.000 personas sin luz, según la Generalitat, 5.000 abonados según Endesa–. Pero la Administración y las eléctricas tiran pelotas fuera de cara a admitir responsabilidades.

Anoche gran parte de los ciudadanos de localidades como Sant Feliu de Guíxols, Platja d’Aro, Caldes de Malavella, Vilobí d’Onyar, Llagostera y Castell, entre otras, volvieron a dormir a la luz de las velas sin saber cuándo volverá la luz. El temporal ha hecho estragos en las comarcas gerundenses, cuyos empresarios ya han asegurado que las pérdidas superarán los cien millones de euros.

Los alcaldes, en pie de guerra
Los alcaldes de las localidades de Girona que han sentido con mayor virulencia el efecto de la gran nevada y el temporal de viento del pasado lunes arremetieron ayer contra las compañías eléctricas en un comunicado conjunto.
El escrito señala a las empresas como las principales responsables de la situación y denuncia la «opacidad» y «falta de celeridad» en su respuesta. También critica la escasa información que aseguran haber recibido de los responsables del suministro eléctrico. El texto está firmado por los ediles de Lloret de Mar, La Bisbal, Palafrugell, Palamós, Llagostera, Sant Feliu de Guíxols y Colomers.

https://arazon.es/noticia/8434-estamos-viviendo-una-situacion-tercermundista