Villarejo del Espartal - Cuenca

Con palabras de Miguel Hernández
“(...) queremos ser llorando el hortelano,
de la tierra que cubres y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.”
Nuestro adiós a una persona tan positiva que dio su mano al club Montalcón cuando éste iniciaba sus primeros pasos.
Caminábamos juntos por los senderos de La Alcarria conquense, señalizando el G.R. 69 de Villarejo del Espartal a Olmedilla de Eliz y luego a Castillo de Albaráñez, para subir por el Collado y llegar a Arrancacepas.
Quienes te conocimos, apreciamos tu apoyo a las cosas sencillas y pequeñas. A esta insignificancia de querer hacer del caminar un deporte. Muchos no lo entendían. Tú lo valoraste. Viniste con nosotras en la marcha primera de Villarejo a Arrancacepas, donde todos los del pueblo nos estaban esperando en el centro social para darnos la bienvenida. Era una manera de ponerse los pueblos en contacto.
Siempre nos admiró tu forma de tomar las cosas por el lado bueno, tu paciencia cuando elaboramos el logotipo de Montalcón y los primeros trípticos, todo muy sencillo y por nuestra cuenta, porque entonces no recibíamos subvención. Gracias a ti y a los ordenadores de Tabacalera, donde tus compañeros también nos apoyaban, fue saliendo adelante.
Te recordamos como anfitrión en las Dos Jornadas de Senderismo entre Cuevas de Velasco y Priego, con treinta y siete senderistas del Group Ilicitá de Montañisme de Elche, entre los que había once niños. Como habían estado poco antes en Bosnia, que estaba en guerra, al encontrar nuestros pueblos tan destruidos, los niños preguntaron si aquí también había sucedido una guerra. Nosotros les decíamos que sí, la última, la del éxodo rural.
Alfonso, cuántos caminos nos han quedado pendientes de recorrer contigo. Sobre todo los de tu querido Navaluenga. Prometemos recorrerlos con Virginia, con Pablo y Andrea, llevándote a ti en nuestro corazón.

Tus amigos del Club Montalcón