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SAN JULIAN (OBISPO DE CUENCA 1198- 1208) EN EL RETABLO DE LA ASUNCIÓN.

Poblacion:
España > Cuenca > Villaescusa de Haro
SAN JULIAN (OBISPO DE CUENCA 1198- 1208) EN EL RETABLO DE LA ASUNCIÓN.
SAN JULIÁN
OBISPO DE CUENCA
(† 1208)
Nació en el año 1128 en Burgos, entonces capital de Castilla, siendo bautizado el mismo día de su nacimiento en la Parroquia de San Pedro.
Realizó sus estudios primarios en Burgos, y siguiendo el consejo de sus maestros pasó a realizar sus estudios superiores en un centro de estudios palentino que el Rey Alfonso VIII elevó al rango de Universidad
Este estudiante burgalés causó la admiración de sus compañeros y de los profesores. Terminados sus estudios con el brillante título de Doctor, .el claustro de profesores, bien ponderadas las extraordinarias cualidades del nuevo doctor y su esmerada y completa preparación científica, acuerda nombrarle profesor de filosofía y teología en la universidad palentina, de la que sólo unos meses antes era alumno. Sucedió esto en el 1153 y tenía entonces San Julián veinticuatro años.
Permaneció en la Universidad de Palencia 21 años, once de estudiante y diez de profesor.
En su cátedra enseñó San Julián con claridad, sencillez y aprovechamiento tal, que Paulo V le coloca en la categoría de los grandes teólogos de su siglo.
Contando con una merecida fama por su labor en la universidad, cuando tenía treinta y cinco años abandona Palencia para vivir en Burgos en una humilde casa, que construye fuera de la ciudad, buscando una vida de retiro y preparación para el sacerdocio.
En el año 1163 se encuentra pues en Burgos y al poco tiempo de su llegada muere su padre. Su madre había muerto unos años antes. Recibe la tonsura y las órdenes menores, y acompañado del más joven criado de su casa paterna, el fiel Lesmes, marchan los dos a vivir a una casita en la vega de "La Semella", junto a Burgos y a orillas del Arlanzón. La oración, la mortificación y el estudio son sus ocupaciones constantes: bajo la sabia y experta dirección espiritual de un religioso agustino, siendo ordenado sacerdote en 1166. Permanece aún algún tiempo en aquel retiro de "La Semella" antes de comenzar su intensa vida de apostolado.
.Con ligero bagaje, el breviario, un crucifijo, una estampa de la Virgen y alguna muda, salió San Julián, de Burgos, sobre el brioso corcel de su celo por la Iglesia y por las almas, recorriendo tierras de España durante veinte años, en incansable labor apostólica. Hacia 1190 llegó predicando por tierras de Toledo. En 1191 predicaba y misionaba junto a la capital toledana, y aquel mismo año muere su arzobispo González Pérez., sucediéndole don Martín López, quien conociendo al sacerdote burgalés le nombró arcediano de la catedral toledana, cargo al que accedió por la obediencia debida y tras asegurarle el señor Obispo que el cargo de arcedianato no sería obstáculo para su vida apostólica y misionera y de atención a los pobres, quedándole tiempo para la confección de unas cestillas que trenzaba a base de mimbre, cestillas que daba en limosna a sus pobres junto con sus ingresos del arcedianato.
.El 14 de diciembre de 1195 muere primer obispo de Cuenca, don Juan Yáñez, sede episcopal fundada por Alfonso VIII en 1182, después de la reconquista de la ciudad. Conocía Alfonso VIII las virtudes y celo del arcediano de Toledo y creyó, ciertamente, que ninguno mejor que él podrá ser el segundo obispo de la recién creada diócesis conquense. San Julián: en el mes de junio de 1196, a la edad de sesenta y ocho años, fue consagrado obispo, y acompañado de su fiel Lesmes, sale para Cuenca, cuya distancia con Toledo la salvan caminando a pie por sendas y vericuetos.
Hacen su entrada en la ciudad de Cuenca cuando todos duermen, todos menos un rapazuelo del hoy Barrio de San Antón que les guía hasta el Palacio Episcopal y a quien el Santo protege, muriendo, según la tradición, de arcediano de Cuenca.
Sobre su labor como obispo de Cuenca, apunta uno de sus biógrafos: "Sólo un espíritu de dinamismo multiplicado como el de San Julián podía llegar a una actuación tan compleja y ordenada. Cuenca y su obispado estaban en aquella época ocupados por tres clases de moradores: musulmanes, judíos y cristianos: a todos visita y catequiza; a todos instruye y forma. Grande es su trabajo, mayor su celo, y el fruto no se hace esperar, haciendo una ciudad cristiana: hasta en los repliegues bravíos de la serranía, en los altozanos ondulantes de la Alcarria y en las llanuras sin fin de la Mancha, dejó prendido San Julián el encendido eco de su voz apostólica y misionera”.
Tuvo una gran preocupación y predilección por sus sacerdotes, que los quería santos y apóstoles. Preocupado grandemente por los pobres y de modo singular por el Cónclave Levítico, así se designaba al centro que recogía los niños que eran confiados al cuidado de la Iglesia. En definitiva: su labor episcopal en Cuenca fue tan grande como de felices resultados, haciendo una dudad y diócesis eminentemente cristiana.
De caridad ardiente con sus diocesanos, a quienes instruye, forma y socorre abundantemente, en sus necesidades. Caridad para con todos: cristianos, judíos, mahometanos; su corazón y su caridad no distinguían credos ni sectas. Para todos era su pan, y para todos la delicadeza y exquisitez de sus cuidados. Solía el Santo anualmente retirarse unos días a una gruta abierta sobre el Cerro de la Majestad, para practicar esa especie de ejercicios espirituales que tanto le fortalecían: días de ayunos y asperezas, de oración intensa y mortificación constante. Llamaba el Santo este sitio "el lugar de mi tranquilo día": junto a la gruta. que hoy se conserva, se levanta una sencilla ermita en honor del Santo, y ese lugar lo llaman los conquenses "San Julián el tranquilo". En esos días de retiro fabricaba sus célebres cestillas, que. repartía en limosna a los necesitados y que todos procuraban tener, pues a su contacto se veían libres de enfermedad, rubricando con esta costumbre su apodo de obispo limosnero.
San Julián recibió el Viático revestido de Pontifical, y muere en el anochecer del 28 de enero de 1208; todas las campanas de Cuenca lo anuncian con ronco sonido: "Ha muerto el siervo fiel y prudente San Julián: Cuenca está de luto."
El papa Clemente VIII, por el Breve de 18 de octubre de 1594, recibido en Cuenca el 1 de febrero de 1595, le canonizó.
Esta es una breve reseña de San Julián patrón de la Diócesis de Cuenca, de cuya muerte se cumplen ochocientos años, 1208-2008.
En la CAPILLA DE LA ASUNCIÓN de Villaescusa de Haro, en una escena situada en la parte derecha de la predela de su retablo, se representa a Don DIEGO RAMIREZ DE VILLAESCUSA en actitud orante, protegido por SAN JULIÁN, santo antecesor suyo, ambos obispos de la Diócesis Conquense. La devoción de Don DIEGO por SAN JULIÁN queda así atestiguada en el Retablo de hace cinco siglos, y la recoge, así mismo, Martín Rizo en su Historia de Cuenca, comparando sus dotes caritativas con las del segundo Obispo de la Diócesis y Santo Patrón de Cuenca.

Enviado por: JACG | Ultima modificacion:22-02-2008 15:46
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