gente invisible Me refiero a un grupo de recolectores de ajos que viven en la calle, en una de nuestras calles sin que a nadie parezca importarle. Son extranjeros, han venido de muy lejos para ganar un salario miserable, lo cual nos indica que vienen de una miseria aún mayor. por la noche duermen en el parque de la calle de Los Hoyos o en el callejón que hay enfrente, y durante el día las mujeres y los niños persiguen, con sus pocos enseres bien empaquetados, una sombra en la que refugiarse del calor. Nuestra festiva nave municipal mientras tanto está vacía, un lugar que sería perfecto para alojar temporalmente a estos temporeros y sus familias. Porque supongo que exigir a quienes les contratan que lo hagan en condiciones dignas es como pedir peras al olmo. Imagino que a muchos mi idea les parecerá un disparate, muchos de ellos se han olvidado ya de que hace no tanto eran (eramos) ellos mismos unos parias que tenían (teníamos) que ir lejos a buscar un medio de vida. Pido a nuestras autoridades no un gesto político, sino un gesto de humanidad. |