Rada de Haro - Cuenca

A Sergiete y esposa, y a mi amigo Pelo, también al Topo.-

Se Escuchan los Sonidos.-

Y donde había un surco
hoy descarga una espiga,
y al lado crece un cardo
de punzantes espinas,
y el cielo te sonríe
y a la luna te mima,
y las estrellas surgen
en amplia comitiva,
y todo así es un cuadro:
parece tener vida,
resurgen los colores,
y se mezclan las rimas,
se escuchan los sonidos
de un pájaro que trina,
y en lo alto en el nido
los pájaros se rifan
junto al amor, alimento,
y quiere darse prisa
para elevar su vuelo,
y raudo atravesar el cielo
y mirar desde arriba.

El Poeta.

Gracias Poeta por tus versos, con la poesía la vida se embelleze mucho.
Nos besabamos dulcemente.
Mientras montabas en el tren.
Desde entonces espero con ilusión.
Espero yo tu regreso.
Para poder terminar.
El más dulce de tus besos.

Un abrazo Poeta.
Sergiete.

Acampada.

Y prendido en las luces del deseo
su cuerpo hoy exhausto le acompaña,
bebe del agua de un arroyo claro,
camina sin pensar lo que le aguarda,
corta el aire su paso decidido,
permanece altiva su mirada,
descubre entre las piedras el camino
el polvo se incrusta entre sus nalgas,
y los sueños se expanden con el viento
que azota las fauces de su cara,
arriba: el azulado cielo,
entre algodones las nubes se arremangan,
y el azul del espacio invertebrado,
al contemplarle le da más luz a su alma,
otorgándole vida a sus sentidos
y claridad le ofrece a su mirada,
y penetrante destello da a sus ojos,
y recubre de paz su atalaya,
dando ternura a sus fauces relajadas:
el verde que recubre la arboleda
entre sombra recoge su acampada.

El Poeta.