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11-09-07 22:04 #499349
Por:faicogino

Re.: Pueblo en línea

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Actualizado a las 2007:08:27.14:41

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¿Por qué EEUU no repara en medios para endemonizar “Made in China”?
¿Por qué EEUU no repara en medios para endemonizar “Made in China”?

Artículo especial de Xinhuanet: Ciertos productos chinos tienen algún que otro peligro oculto o problema de calidad, lo que no es ya una noticia; sobre esto hay de vez en cuando informaciones en los medios de comunicación nacionales. Pero últimamente los medios de comunicación estadounidenses, con sus prolijas informaciones al respecto, parecen tener segunda intención. Como señalan algunos analistas, con el contorno de que las fricciones comerciales entre China y EEUU tienden a exacerbar, algunos norteamericanos, tomando como brecha el problema de calidad de productos chinos, exageran infinitamente este problema y materializar posteriormente su intención de endemonizar “Made in China”.

Informaciones que “derrumban los montes y vuelcan los mares”

En la actualidad, aparecen un sinfín de productos “problemáticos” chinos en los medios de comunicación norteamericanos: Alimentos para animales mimados con sustancias tóxicas, pasta dental con sustancia venenosa, juguetes inseguros, neumáticos no calificados...Ahora el foco pasa a los productos acuáticos. La Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció días atrás que se suspende temporalmente la importación de cinco productos acuáticos de China, a saber, siluro, perca, langostino, albur y anguila, hasta que se compruebe que estos productos corresponden al estándar de seguridad norteamericano.

Según datos de FDA, en lo que va del año, unas 200 tandas de mercancías chinas en cada mes son rechazadas por Estados Unidos, las cuales ocupan el primer lugar entre todos los principales países de origen de alimentos de Estados Unidos. Entre tanto, 18 tandas mensuales de Tailandia y 35 de Italia son rechazadas, respectivamente.

“The Washington Post” informó: En el año transcurrido, funcionarios de agricultura norteamericanos han descubierto varios millones de libras de productos aviares de contrabando procedentes de China y otros países asiáticos; algunos de esos productos se proponían entrar por medios engañosos, por ejemplo, en las cajas de embalaje estaban señaladas como “flor de lirio seca”.

La calidad de los productos atañe a la salud de los consumidores e incluso a la seguridad de la vida humana. De acuerdo con informaciones de medios de comunicación norteamericanos, algunos productos “hechos en China” con intención maligna han causado efectivamente efectos muy malos. Por ejemplo, el alimento para animales salvado de trigo procedente de China está ilegalmente agregado con el producto químico tricloro de hidroamoníaco, el cual ha conducido al debilitamiento de los riñones y la consiguiente muerte de muchos animales mimados. Entre tanto, un neumático defectuoso hecho en China ha conducido a un accidente de tráfico mortal. Una vez informados por los medios de comunicación, estos incidentes han dado origen a un gran alboroto.

En estas circunstancias, algunos medios de comunicación norteamericanos han venido expresando opiniones muy sentimentalizadas. Por ejemplo, “Atlanta Journal Constitution” dijo en un editorial: Ningún país puede garantizar la seguridad cabal de sus alimentos y otros productos, “pero hay pruebas que muestran que en comparación con otros socios comerciales, los manufactureros chinos son más negligentes, indiferentes y carentes de moral profesional”.

Como algunos productos problemáticos son alimentos y otros artículos de primera necesidad, las continuas informaciones negativas han causado naturalmente cierta inquietud de los norteamericanos: ¿Están calificados los productos chinos que he comprado?

Un ejemplo extremo de este estado de ánimo de los norteamericanos es el siguiente: En el estado de Utah, una compañía de alimentos puso días atrás un letrero diciendo que las materias primas de ninguno de sus productos alimentarios provienen de China. El patrón de la compañía, Davis, dijo que esta acción es una reacción frente a las frecuentes informaciones sobre productos chinos con sustancias tóxicas y que su compañía promueve enérgicamente con esto la comercialización.

Los productos “hechos en China” son de buena calidad y bajos precios, de manera que son muy bien acogidos por los consumidores norteamericanos. No obstante, actualmente, una serie de irresponsables informaciones negativas y sanciones contra productos “hechos en China” constituyen en realidad ya un golpe serio a las empresas pertinentes de China y han afectado en cierta medida el prestigio de los productos “hechos en China”. Merrill Weingrod, experto de relaciones públicas en el estudio de China, incluso dijo que esta serie de incidentes están conduciendo a una “pesadilla de relaciones públicas” para China.

Algunos se aprovechan de la oportunidad para levantar tempestades

El volumen comercial chino-norteamericano llega anualmente a centenares de miles de millones de dólares; ciertas mercancías tienen efectivamente defectos, lo que es una verdad. Pero de las actuales críticas intensas a los productos “hechos en China” no faltan componentes exagerados.

Hablando generalmente, cuando un país “descubre” problemas de calidad de productos importados, hay en lo fundamental tres causas: Sí existe realmente problema de calidad; existe diferencia en los estándares de los países pertinentes; y, además, no se excluyen casos de que algunos grupos de intereses se aprovechan de la oportunidad para levantar tempestades y confundir a la opinión pública.

La Administración de Supervisión y Control de la Calidad de China señala: De los alimentos que China exportó el año pasado a Estados Unidos la proporción de los no calificados y devueltos fue de menos del 1%, inferior a la proporción de los alimentos norteamericanos rechazados por China en el mismo período. Se ha descubierto recientemente en algunos alimentos norteamericanos problemas como microbios superiores al estándar, mohosos o excesivo contenido de bióxido de azufre. En cuanto a otros productos, automóviles o neumáticos hechos en Estados Unidos, debido a problemas de calidad, han sido masivamente retirados por este último en repetidas ocasiones.

Además, la medida anunciada días atrás por FDA para suspender temporalmente cinco tipos de productos acuáticos chinos encierra factor de sobrepasar los límites justos al corregir un error, porque la medida no se tomó contra las empresas culpables, sino contra todos los productos chinos de su tipo; esta política de “responsabilidad solidaria” no corresponde a la práctica internacional. Por ejemplo, aún cuando China descubra problema en cierta Coca Cola norteamericana, no podrá prohibir por esto la importación de todas las bebidas norteamericanas.

El caramillo de neumáticos chinos no es en modo alguno tan sencillo como un simple problema de calidad. La Zhong Ce Rubber Co., Ltd., cuyos neumáticos han sido acusados de no calificados, manifestó que su compañía y la compañía norteamericana FTS, parte acusadora, habían tenido con anterioridad divergencias comerciales, de modo que la otra parte está sospechosa de aprovechar el juicio para lanzar críticas desenfrenadas en busca de intereses propios. Además, es probable que algún que otro grupo de intereses haya exagerado el problema de calidad de neumáticos chinos para promover el proteccionismo comercial, ya que el año pasado, Estados Unidos vendió un total de 307 millones de neumáticos, el 40% de los cuales fueron importados en tanto que China, como el mayor exportador, exportó a EEUU 32 millones de neumáticos. Dicha exportación china afectó seguramente los intereses de parte de las empresas pertinentes de EEUU.

“The New York Times” citó a un alto funcionario de una compañía china diciendo: “Los neumáticos chinos ya constituyen una fuerza importante en el mercado internacional; muchas personas tratan de apretar a los chinos por el cuello. Yo creo que ustedes deben reflexionar definitivamente sobre este problema. Todas las empresas norteamericanas tienen plantas subsidiarias en China.”

Organizaciones antichinas se aprovechan del tema para alzarse

Aprovecharse de problemas de calidad para restringir la importación de productos es una práctica usual de la barrera comercial en el comercio internacional. Con el contorno de que se levanta el proteccionismo comercial en EEUU y se exacerban las fricciones comerciales entre China y EEUU, es natural que los problemas de calidad de unos cuantos productos chinos se eleve rápidamente al nivel de problema político, de manera que algunas personas se aprovechan de la oportunidad para endemonizar los productos “hechos en China”. Entre ellas figuran empresas como la compañía que ha interpuesto un juicio contra la Zhong Ce Rubber y también la compañía de alimentos que ha puesto el letrero “sin materias primas provenientes de China”. Pero este medio de apoyarse en lenguajes endemonizadores para ganar dinero es evidentemente sospechoso de discriminación regional, pues la razón es muy sencilla, ninguna compañía norteamericana se atrevería a declarar en sus anuncios que sus productos “no tienen materias primas provenientes de X estado”, porque ello provocará ciertamente un gran alboroto y será castigado con una cuantiosa multa.

Además de las empresas de intereses, algunas organizaciones anti-China y anti-globalización también se aprovechan de la oportunidad para levantarse. Por ejemplo, una organización norteamericana contra Wal-Mart tomó esto como pretexto para hacer enérgicamente publicidades en el sentido de que Wal-Mart ha gastado plata para engordar a China y que muchos productos de Wal-Mart provienen de China, pero la calidad de muchos productos chinos no está calificada.

Pero los de lenguajes más incisivos y políticamente más mortíferos son, sin lugar a dudas, aquellos personajes políticos que miran codiciosamente a China. En torno al problema de calidad de unos cuantos productos chinos, los congresistas conservadores norteamericanos que siempre se han pronunciado por sancionar a China han encontrado ahora una nueva plataforma, desde la cual han emitido declaraciones unos tras otros en demanda de control sobre los productos chinos. El 26 de junio, Levin, Cathy y otros dos senadores de actitud dura con China enviaron una carta al presidente Bush, diciendo que algunas compañías chinas hacen caso omiso de las leyes norteamericanas sobre la seguridad y que el gobierno federal debe tomar rápidamente acciones de control. El senador Schumer, que presentó en repetidas ocasiones proyectos de ley sobre el renminbi, también dijo a la prensa que esta serie de informaciones sobre problemas de calidad de los productos chinos comprueban que Estados Unidos debe adoptar efectivamente una administración más rigurosa sobre las importaciones. Otro senador demócrata, Richard Durbin, dijo en forma exagerada: “Ahora ya se ha llegado a este grado: El marbete ‘Made in China’ se ha convertido en sinónimo de ‘peligro’ en Estados Unidos.”

Con respecto a estas voces de crítica a China altamente similares, el experto en relaciones públicas Weingrod manifestó: Estas opiniones no podrían separarse de un determinado fondo político, pues la calidad de los productos chinos no es sino un pretexto, “que contribuye a las voces de ciertas organizaciones anti-China. Cuando algún senador vuelva a presentar cláusulas comerciales proteccionistas, encontrará más eco”.

Emplear simultáneamente dos medios para superar la crisis

Mirando el problema en forma realista, la crisis de “Hecho en China” se debe, primero, a que la calidad de parte de los productos chinos no es buena y la supervisión y control en el país no son suficientemente rigurosos; segundo, a que ciertas personas echan leña al fuego e incluso exageran enérgicamente el problema, lo que ha convertido el problema de calidad común en una “tempestad comercial” y hasta “tempestad política”. Por lo tanto, para superar esta crisis, hay que obrar en dos aspectos.

Para China, hay que reforzar la supervisión y control sobre la seguridad de los productos y aumentar el castigo a las empresas culpables y los funcionarios que falten a su deber. A criterio de algunos especialistas norteamericanos, el surgimiento de estas circunstancias se debe a que China se encuentra actualmente en un “período de transformación drástica”, lo que también se produjo en los Estados Unidos hace cien años. Más tarde, EEUU estableció la FDA para fortalecer integralmente la supervisión y control sobre los productos pertinentes. La experiencia de Estados Unidos será probablemente algo inspirador.

Los medios de comunicación norteamericanos aprecian altamente el hecho de que China ha intensificado la lucha contra las mercancías falsificadas y de mala calidad. “The New York Times” citó a un experto pertinente, quien dijo que los dirigentes chinos ya han comprendido profundamente la seriedad del problema y que “ellos no dejarán que la parte de los productos malos de exportación haga daño al prestigio del país”.

Por otro lado, los gobiernos de China y Estados Unidos deben reforzar su comunicación y cooperación para combatir conjuntamente los productos falsificados y de mala calidad y pasar informaciones precisas y cabales a los consumidores. Esto es particularmente importante en Estados Unidos, por ejemplo, respecto a la suspensión temporal de productos acuáticos ordenada por la FDA, muchos funcionarios y medios de comunicación norteamericanos sólo hablan de que productos chinos contienen sustancias tóxicas y no mencionan en absoluto otro punto en la declaración de FDA: El contenido de aditivos ilegales encontrados en los arriba mencionados productos acuáticos es muy poco, cercano al nivel mínimo susceptible de ser comprobado, de manera que FDA no demandará que esos productos acuáticos sean retirados del mercado ni sugerirá que los consumidores los destruyan o devuelvan.

En el problema de la calidad, si se define que se trata de un problema de algunas empresas, las correspondientes empresas chinas y norteamericanas deben elevar la calidad de sus productos, aceptar las sanciones y asumir la responsabilidad por las consecuencias; los medios de comunicación deben ofrecer informaciones objetivas en lugar de apoyarse sólo en las declaraciones de una de las dos partes, exagerar el problema y conducir a los consumidores a una mala comprensión; las personalidades políticas no deben, aún menos, aprovechar el tema para exagerar enérgicamente algún problema aislado y elevarlo al nivel del comercio bilateral en su conjunto. Pero si la parte extranjera intenta efectivamente “buscar pelo al huevo”, la parte china debe estar suficientemente preparada en lo espiritual. (Pueblo en Línea)




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