Horcajo de Santiago - Cuenca

Señor, haz que nuestras vacaciones de verano sean tiempo santo

para nuestra búsqueda constante de Ti,

para el reencuentro con nuestras raíces cristianas,

para los espacios de oración y reflexión,

para compartir la fe y el testimonio,

para la práctica de tu Ley y la de tu Iglesia,

para la escucha de tu Palabra,

para participar en la mesa de tu eucaristía.

Tú vienes siempre a nosotros.

Tú siempre te haces el encontradizo.

Tus caminos buscan siempre los nuestros.

Haz que en las vacaciones de verano,

sepamos remar mar adentro y te encontremos a Ti,

el Misericordioso, el Pescador, el Pastor, el Salvador, el Hermano, el Amigo,

y encontremos a nuestros hermanos.

Juntos realizaremos la gran travesía de nuestras vidas.

En tu nombre, Señor, también en vacaciones,

quiero estar dispuesto a remar mar adentro.

Ayúdame. Te necesito, también en vacaciones. Amén.

Va un sermonero, no tienes otra cosa que hacer que sermonear?
a quien le importa tus sermones?
Ande ve a sermonear a un rebaño de ovejos que seguramente te pondrás a 4 patas para que te arregle el ojo un carnero.

si jesus levantara la cabeza y viera este mundo de hermandades cofradias madre del
procesiones traslados curas por aqui por alla virgenes para arriba para abajo posiblemente bajaria y seria crucificado esto no es lo que predico
amaos unos a los otros que corto y que dificil asi va este pueblo de beatos

si jesus se diese un garbeo por este pueblo a mas de uno le pondría el culo mirando para torrubia

y a los cansinos de los cohetes a todas horas se lo metieran por ahy

El verano y las vacaciones nos permiten tener un mayor contacto con la naturaleza. De ahí que el tema de la ecología recobre una mayor actualidad. El respeto al ambiente natural que nos rodea, al cosmos, a la creación, es un asunto de una trascendencia innegable que nos muestra la grandeza de Dios creador de todas las cosas.
Desde que éramos escolares, la palabra verano la asociamos a las vacaciones. Después de todo un curso y de los exámenes finales -en mi época no había tantas evaluaciones periódicas y nos lo jugábamos todo a una carta- ¡qué felicidad poder dedicar unos meses a lo que más nos gustaba! No era inactividad, al contrario, eran recorridos en bicicleta, baños en cualquier balsa de agua, excursiones, lecturas, fiestas... y también ayuda a los mayores en las labores del campo. De aquella época nos viene un profundo amor a la naturaleza. ¡Los paisajes de nuestra infancia, tantas veces cruzados en todos los sentidos! También esos paisajes los asociamos a las vacaciones de verano.