Enguídanos - Cuenca

Buenas noches amigo-as, buceando por los pueblos cercanos al nuestro en este foro, me he encontrado con un mensaje de alquien de Enguidanos en el foro de Motilla,el tema va sobre la disco Mobby Dick tambien de gratos recuerdos para mi.

Simplemente era una curiosidad.

EL TIO LA BOTA.

Conozco a unos cuantos que de madrugada salíamos de la Mobby Dick a mediados de los años 80 y nos marchábamos hasta la capital de Albacete. Allí empalmábamos la fiesta hasta las diez y media de la mañana y a sobarla plácidamente en la Playeta una vez volvíamos al pueblo.
Qué mes el de agosto en aquellos años.
Pues no ha cambiado la película. Y sin tantos controles.
Hemos pasado de la libertad al libertinaje y del libertinaje a la represión. Ni tanto ni tan calvo.

Asi me gusta Pepe, "livin la vida loca" y ahora sopita y ha dormir a las 10.



EL TIO LA BOTA

Bueno. Lo de dormir a las 10 no lo dirás por mi, y aún tengo buena dentadura (nunca espero "la sopa boba"), y aún me pego unas cuantas "fiestecillas" con mis amigos y también con el ordenador.

El espíritu joven no hay que perderlo que ya se encargará el tiempo de oxidarnos hasta la médula.

A vivir que son dos días y alguno ya llevamos uno (como mínimo).

Los "taytantos" de ahora aún damos mucha guerra. Como dice el refrán: "el tuvo, retuvo" (y fiesta por un tubo).

Ya no me reconoce ni el ordenador.

Progresar o morir. Cuando te quedas esperando a que llegue el autobús únicamente corres el riesgo de que te atropelle.

Como decía mi padre: "Lo comido por lo servido".

"Vino vinín
de la vinitopa
El que no diga
vino vinín
de la vinitopa
no beberá más vino
de esta bota"



(No os podeis perder esta página web). A Maxi le encantará. Y creo que a Añoranza también. En costumbres seguimos siendo hermanos del antiguo "Alfoz" de Requena.

Con un lenguaje sencillo nadie como este SEÑOR de Requena para describir algo que teníamos olvidado: La Cepa, que tan buenos caldos "guerreros" ha dado en este pueblo. Aunque alguien la pueda tildar de demasiado "patriótica", refleja el espíritu de una época y me recuerdan las coplillas que me recitaba mi padre:

LA CEPA

Yo nací americana,
mi vida fue un sufrimiento
a una edad muy temprana
fui reclamada en España
para cruzar me a un sarmiento.

Me dieron tierra y cultivo,
amor, cariño, alimento.
Al llegar la primavera
rompí en tallos muy adentro
y con este sol de España
desarrollaré por momentos.

A los dos años de edad,
cuando ya era una «parrilla»,
me cruzaron a un sarmiento
y aunque era jovencilla
para unirme a un injerto,
creció mi carne y la suya
unida en un mismo cuerpo.

Sin duda fui un poco borde,
ésto a nadie le extraña,
pero me siento orgullosa
siendo madre cepa hermosa
por mi madre patria España.

Hoy soy una joven cepa
y mi corazón es muy tierno,
lloro alegre en primavera
porque ya pasó el invierno.

Mis yemas se hinchan alegres,
nacen mis pámpanos tiernos
y envueltos entre las hojas
nacen vergonzosas
mis uvas de cara al viento.

Orgullosa como madre
de ver mis hijas creciendo,
al igual muy temerosa
porque pienso en esas cosas,
la desgracia y el mal tiempo.

¡Qué quisiera yo, mi amo!
contentar con mi cosecha,
pero si viene una piedra
y mi cosecha se lleva,
¿qué culpa tengo, señor,
si de golpe y dolor
he quedado desecha?

Aunque yo soy una cepa,
la desgracia también siento,
tengo sangre y la derramo
cuando me llega el momento.

Mis hijos, que son mis uvas,
con mis entrañas alimento
y cuando ya están maduras
las cortan sin miramiento
quedándome triste y sola
azotada por el viento.

Las llevan a la bodega,
a ese cruel destino
estrujando a todas ellas
sin dejar rastro ni huellas
más que su sangre, el vino.

Deseosa por su presa
la prensa ya está esperando,
y su pobre carne, brisa, .
la torturan, no deprisa,
mientras llora agonizando.

Engendrado por la sangre
viene al mundo el nuevo vino
lo encierran en la bodega
hasta esperar su destino.

Corriendo se marcha al cono,
al depósito o tinaja,
y es tanta su alegría
que se oye la algarabía
de la espuma que se sube y baja.

Vigilante, el bodeguero
nos cuida y limpia con cariño,
nos toma la temperatura
y es tanta su ternura
que ya es demasiado mimo.

¡Qué silencio en la bodega!
gracias a ti bodeguero
cuando más tranquilo estaba
oí alguien que llegaba
era un comprador extranjero.

Me hicieron un análisis
encontrándome muy sano,
marché al extranjero
despidiéndome primero
de España y de mis hermanos.

Pero al tinto, hermano mío,
enfermo lo encontraron;
una mañana temprano
y sin darle alguna tregua
en la fábrica lo quemaron.

¡Esta es la verdad, señores! ...
que sirva de moraleja:
Dale buen trato a tus viñas,
sean jóvenes o viejas.

Ramón Herrero Sánchez

(Publicado en El Trullo de mayo de 2000).
Curioso que se haya publicado en el 2000

(De )