Enguídanos - Cuenca

VIENTO (Poema para un ADIOS)
El viento se adormece
sobre el otoñal cielo de la tarde,
y en tus cabellos duerme
la dulce melancolía
de sus caricias suaves.

Junto a la orilla,
después de alejarte como siempre,
a media tarde,
lejos de nada y de nadie,
dejó su paso sobre las hojas
que hiciese caer antes.

Su delicado susurro
besó las sombras
de las cristalinas rocas,
durmió entre los brazos
de los desnudos árboles,
acarició nuestras manos
casi sin importarle
si de verdad sentimos
lo inevitable de su paso.

Sabes que el viento nos robó
un poco de nosotros mismos
con el triste poema de su adiós.
Sabes que nunca su sonido
se escuchó tan lejano como hoy.

¿Cuánto tiempo fué?
Hoy... mañana... ayer.
El corazón sólo lo sabe:
- El Amor es Viento y tiene alas,
y lo encontrarás distante
cuando empiece a volar.

-¡ADIÓS!..., palabra fatal,
tristeza al despertar
sin el sonido de tu voz,
de saber que fuiste ese alguien
que un día compartió
conmigo las caricias del aire.

(JSV. Finales de Dic-1982)

Nuestro "corazón" no envejece con los años.
Se resiste a ir al ritmo de este caparazón
que se oxida sin que podamos evitarlo.

¿Estas dormidos? ¿U oxidados?
Despertar. Que aún nos queda un otoño y frío invierno.
Y mejor que sufrirlo, disfrutarlo.