Casas de Guijarro - Cuenca

Yo soy mala contándolos de modo que voy a escribirlo a ver si se me da mejor.

Dos muertos que salen de la tumba a eso de las cuatro de mañana y, al salir del cementerio roban una moto. Cuando se están colocando los cascos, el que va de paquete le dice al otro: oye tío, espera un momento. Tengo que volver a la tumba. No tardo nada.
A los pocos minutos vuelve con la lápida debajo del brazo y la lengua fuera por el esfuerzo. El otro, al verlo le dice: ¿pero dónde vas con eso, que pesa lo menos doscientos kilos?
y el otro le contesta: Lo sé, tío... pero ya sabes que no me gusta salir de noche sin mis papeles.

Otro:

La señora, compungida ella, le dice al marido:

- Oye Manué, anoche mientras dormías me estabas insultando.

Y dice Manuel: ¿Quién te ha dicho que dormía?

El último de hoy:

Pregunta la profesora: ¿Quién me puede decir qué es tenerlo todo?

Luisito levanta la mano: "mi padre lo tiene todo"

- Cuéntame. -dice la profesora.

- Pues tiene un coche, una casa, una guitarra, un trabajo, salud, amor...

- ¿Tu padre tiene un avión? -le pregunta la seño.

- NO. -responde Luisito decepcionado.

- Mi papá sí que lo tiene todo -dice Paquito.

- Cuéntame -le pide la profe.

- Tiene trabajo, salud, dinero, coche, casa y un avión.

- ¿Tiene un barco? -pregunta la profesora.

Paquito agacha la cabeza cuando Jaimito dice:

- Mi papá sí que lo tiene todo, seño.

- Cuéntame -le pide la profe.

- Pues verá... ayer mi hermana trajo a su novio a casa. Es un tío raro con pendientes, tatuajes, pantalones rotos, desempleado y drogadicto, y cuando se lo presentó a mi padre, él dijo: ¡lo que me faltaba!

Nada... Ni uno.

Esaboríos

¿No tenéis necesidad de reir un poco?

Están un león y un burro solos en la selva, sin leona, sin burra, sin ná con lo que trabajar y estaban muy calientes, de modo que el león le propone al burro:
- Oye, así sin amor ni ná, ¿por qué no nos pegamos un homenaje? Pido ser el primero, que para eso soy el rey de la selva.

El burro ve que el león saca una crema, y se la unta y le pregunta al león:

- ¿Y eso qué es?

- Esto es Vaselina, para que no te produzca ningún tipo de ardor.

El león le pega el viaje y, cuando termina, dice el burro:

- Ahora me toca a mi.

El burro se coloca detrás del león y se unta una crema, otra crema, otra crema y unas gotitas. Como tardaba tanto, se gira el león y le pregunta:

- ¿Qué es eso que te estás poniendo?

- Vaselina, como tú, para que no te produzca ningún tipo de ardor, Vicks vaporub para que no te arda el pecho, Amoxicilina para que no se te irrite la garganta y colirio para que no se te salten las lágrimas.

Esa mucha del pueblo que llevaba cuatro años casada y no se quedaba embarazada. La madre, que también estaba muy triste, va al convento de los carmelitas que había allí y dice:

- Mire usted, padre, que yo vengo a ver si le hacen algo a mi niña, como a esa muchacha que se quedó embarazada con un Ave María aquí en el convento.

Y dice el prior:

- No. No ha sido con un Ave María. Ha sido con un padre nuestro, pero ya no está aquí, ya lo hemos echao.