Vaya como vaya esta noche, mañana, el presidente de la Generalitat y el presidente del Gobierno continuarán teniendo sobre la mesa dos problemas, el Vaya como vaya esta noche, mañana, el presidente de la Generalitat y el presidente del Gobierno continuarán teniendo sobre la mesa dos problemas, el encaje de la integración de Cataluña en el Estado y la crisis económica. Rajoy se juega tanto o más que Mas, porque una mayoría de CiU daría una imagen de España en el exterior de inestabilidad política. De ahí el desembarco de figuras populares en esta campaña para movilizar al electorado del PP que votó en las generales. Un desembarco que ha facilitado el intercambio de reproches entre el presidente catalán y el Gobierno, condenados a recuperar los puentes de diálogo. Mas avanzó que los primero que hará será negociar con el Gobierno para promover una consulta legal. Rajoy también ha dicho que está dispuesto a dialogar, aunque para recuperar un acuerdo de financiación, a ver si así rebaja el soufflé soberanista. Con o sin mayoría, Mas se ha comprometido a convocar la consulta y su primer paso será impulsar una declaración en el Parlament a favor del derecho a decidir que usará para negociar con Rajoy. Aunque el problema más gordo con el que se encontrará seguirá siendo el que dejó, un 22,5 por ciento de paro y una Generalitat endeudada obligada a pedir crédito al Gobierno. PARTIDO A PARTIDO PP Castigar el desafío de Mas frenando la mayoría absoluta «¡Cataluña es España!», el grito insignia de los mitines del PP resume su apuesta en esta campaña: aglutinar en voto españolista. Alicia Sánchez-Camacho ha contado con el apoyo incondicional del Gobierno y los máximos dirigentes del partido, desde Alberto Núñez Feijóo a Esperanza Aguirre. Mariano Rajoy, que ha estado hasta cuatro veces en la campaña para combatir la insurgencia soberanista, se juega tanto o más que Artur Mas, porque una victoria de CiU, con mayoría absoluta, trasladaría a Bruselas y al resto del mundo una imagen de inestabilidad política. Entre dirigentes del PP es compartida la idea de que es preferible perder un escaño a la mayoría absoluta de CiU. CiU El reto de volver a la hegemonía que Pujol disfrutó once años Año 1992. Desde entonces, CiU –el ganador de todas las elecciones autonómicas– no consigue la mayoría absoluta. Jordi Pujol gobernó a sus anchas entre 1984 y 1995, sin necesidad de pactos con nadie. Luego comenzó el desgaste y nunca más los catalanes han vuelto a conceder la mayoría absoluta. Artur Mas ha precipitado la convocatoria de hoy con el objetivo de regresar a esa casilla de 1992, pero la irrupción de pequeñas formaciones y el pavor a concentrar todo el poder en pocas menos dificultan el desafío. Es probable que CiU se consuele viendo ampliada su diferencia sobre la segunda fuerza y haciendo suyo el resultado de Esquerra. |