Homenaje a los emigrantes Zuhereños Buenas noches: Sirva lo presente como mi más sincero homenaje a todas esas personas que por uno u otro motivo tubo que dejar su tierra y familia para conseguir una vida "mejor". Tengo en mi ordenador unas lineas escritas por uno de esos emigrantes como tantos, que dejaba toda una vida de recuerdos y vivencias y marchaba a lo desconocido, mientras en la radio sonaba aquella canción de Juanito Valderrama la canción del emigrante, seguro que os llegarán al corazón, sobre todo a aquell@s fore@s que lo han vivido en sus propias carnes. Caray... ya hace más de un mes que no escribo y la verdad la familia no se merece esta incertidumbre. Hola querida esposa, cuanto te hecho de menos, con un beso tuyo podia pasar todo el dia sin comer, los hijos y tu espero os encontreis bien. Trabajo en una cadena de montaje en una importante y conocida firma alemana. Es realmente un gusto poderlo contar, pero os tengo que decir que no ha sido fácil, pues han habido momentos de incertidumbre y angustia, así como una apuesta a "todo lo que tengo a este número". Cuando ves cómo tu familia se derrumba (tu mujer se tiene que marchar a casa de su madre para que la mantenga y a tí no te queda ni para comer), cuando ves que has fracasado y ya no te quedan fuerzas ni moral (solo tienes ganas de llorar, y a veces ni eso). Y cuando me incorporé, que calor me dieron los nuevos compañeros, paciencia y ánimos. En seguida hemos hecho buenas migas, son educados y siempre recordando que no se trabaja con prisas. Minimizan mis errores y halagan mis iniciativas en aprender, eso siempre lo agradecen. Me cuentan sus cosas y me ayudan con el idioma. Me aconsejan y me explican cosas de la empresa, siempre muy útiles, y sobre todo me animan porque ya saben que estoy solo y que mi familia está lejos. Me dan trucos para que consiga hacer horas y ganar días de vacaciones para poder volar a casa unos días... ¿y mi familia? ¿que dicen? Pues que el fantasma de la pobreza ya no es tan amenazante, ya no lo ven tan cerca. Las operaciones de rescate realizadas por algún familiar han impedido que mi familia pase hambre... y no en un sentido figurado, sino literal: mi mujer ya se negaba a ir a comprar por no gastar... pero no le quedaba más remedio, y con el agravante que todo eso era captado por mis hijas, lo que las sumía en un profundo pesar y desesperanza. Mi mujer sin fuerzas, Papá lejos y la nevera vacía... realmente desesperante. Solo ellas saben lo que han pasado. No es inmediato porque estamos todos muy mal, hemos pasado por un punto muy duro, lleno de momentos muy oscuros, quizás al borde de la locura, donde intentar levantar el ánimo suena ridículo, cuando agradeces tener unos pantalones rotos y te enorgulleces de tenerlos... porque al menos tienes unos pantalones y no te importa salir a la calle con ellos y con dos semanas sin pasar por la lavadora (no los quieres lavar para evitar que se estropeen más), orgulloso de tener todavía un bote de guisantes en tu despensa y que lo guardas para cocinar como una exquisitez, descubrir que afortunado eres y que buena está la sopa al calentar agua y meter una pastilla prensada de carne, una sopa nada menos... ya digo, al borde de la locura. Cuando caigan por fin la nómina, tocará ir primero a la peluquería, comprar unas maquinillas de afeitar decentes, (estoy pendiente de recibir la caja con mi ropa de invierno que envía mi familia), comprar calcetines... y por supuesto comprar fruta y verdura. Y mi familia supongo que hará lo mismo, y poco a poco irnos recuperando: volver a ser personas sin carencias básicas. |