Villanueva del Rey - Cordoba

El pasado domingo, 28 de noviembre de 2010, se celebraron las elecciones al Parlamento Catalán, después de 15 intensos días de campaña electoral en las que, incomprensiblemente no se ha escatimado dispendio económico alguno, a pesar de la grave crisis por la que atravesamos.

El varapalo que los votantes y no votantes han infringido al ultranacionalismo y, en especial a la aritmética parlamentaria y nefasta política ejercida por el Gobierno Tripartito (PSC, ERC y IUV) ha sido de órdago y, dando paso a la fórmula del “nacionalismo moderado” de CIU (según algunos), la lista más votada con 62 diputados, encabezada por su candidato Artur Mas. El otro gran vencedor según sus propias manifestaciones fue el PPC (Partido Popular de Cataluña) con 18 diputados. Y la segunda fuerza más votada, pero en declive fue el PSC que pasa de 37 a 28 diputados. Mención especial merece el “friqui” candidato de Solidaritat Catalana, Joan Laporta (expresidente del FC Barcelona), partido ultranacionalista e independentista que ha obtenido 4 diputados, del que sin duda vamos a oír hablar durante estos próximos años, no sólo por el fichaje de la porno star catalana, María Lapiedra, que dimitió antes de las elecciones, ¡qué pena!, sino por su variopinto programa (compromiso de referéndum sobre la independencia de Cataluña), entre otras inmensas estupideces. También hay que destacar la caída en picado del partido independentista por antonomasia ERC, que pierde 11 de los 21 diputados que tenía. IUV pierde también dos diputados y se queda con 10. Y Ciudadanos salva la cara y conserva los 3 diputados, pese a la división interna sufrida en los cuatro años de la legislatura anterior.

Los resultados vislumbran un horizonte poco esperanzador para los socialistas a nivel nacional, que ven como el PP se afianza hacia posiciones de liderazgo estatal, y que comienza a observarse aunque moderadamente hasta en Cataluña, donde han conseguido los mejores resultados de su historia, pese a la fuerte oposición y la interposición del recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto ante el TC. A ello ha contribuido sin duda alguna, el gran viraje hacia el nacionalismo experimentado por el PSC en el Gobierno Tripartito (días antes a las elecciones, el propio Montilla reivindicaba la “nació catalana” y, eso dicho por un andaluz de Iznájar (Córdoba), parece cuando menos sorprendente), al artazgo de tanta reivindicación ultranacionalista, hay que unirle también no en grado menor, la desesperación ciudadana por la falta de empleo, que han hecho mella en la ciudadanía con una participación un tanto baja (casi el 60%), con el aumento del 50% del voto en blanco (del 1,5 en las anteriores elecciones se ha pasado al 3% en estas últimas) y, a eso hay que unirle también, el 40% de no participación.

Por otro lado, la coyuntura económica tremendamente desfavorable por la que atravesamos, no parece el mejor escenario para reivindicaciones nacionalistas y, es posible que Artur Mas tenga que echar el freno a sus ambiciones reivindicativas, de solicitar un sistema económico financiero para Cataluña que se aproxime al Concierto Vasco y Navarro, lo que se me antoja una quimera, no sólo por su inconstitucionalidad, sino porque el Estado está en la más absoluta bancarrota y, si Cataluña diera ese paso, también lo daría Valencia y quién sabe si también Madrid, con lo cual los Presupuestos Generales del Estado se verían convertidos en pura ficción.

Volvemos pues a lo de antes (del Tripartito), al gobierno de CIU, al denominado gobierno del catalanismo no independentista (de momento), pero también a lo de ahora, a la misma política empleada antes por Maragall y sus huestes (el clan de Sant Gervasi), y ahora por la plana mayor del PSC, con Montilla a la cabeza como Secretario General, en definitiva MÁS DE LO MISMO; nacionalismo, nacionalismo y nacionalismo.


Utopia.2
BCN

Los españoles deberíamos convocar un referéndum para darle la independencia a Cataluña.
Seguro que prosperaría, y el resultado sería algo así:

Cataluña se convertiría en un Estado independiente, como es hoy Túnez o Marruecos. No pertenecería a La Unión Europea , ya que, para ello, tendría que solicitar formalmente su adhesión y cumplir con los requisitos previos; esto podría durar años. Además, España tendría que dar el visto bueno para su entrada, y, podría oponerse durante más años todavía. Tendría su moneda propia que podría ser el “catalino”, por poner un ejemplo.
Estarían separados de España y de Francia por una frontera bien definida, controlada por Aduanas, o por los antiguos fielatos, donde tendrían que pagarnos los correspondientes aranceles.

Como no pertenecerían a la Unión Europea para conseguir cualquier mejora en sus relaciones con Europa tendrían que obtener el apoyo de España. Su moneda tendría un cambio flexible con el euro y probablemente se devaluaría con lo que, para evitar una inflación importada, tendrían que trabajar más que ahora, pagar más impuestos que ahora y ser más pobres que ahora.

Los españoles allí residentes tendríamos pocas diferencias con el trato discriminatorio que recibimos hoy. Al estar en un país extranjero tendríamos que educar a nuestros hijos, como ocurre hoy, en catalán. Y si quisiéramos montar negocios, como ocurre hoy, tendríamos que hacerlo en catalán, o sea, que para nosotros los españoles habría poca diferencia con lo que nos ocurre hoy. Pero su trato hacia nosotros mejoraría porque les aportaríamos nuestra divisa, los euros. Y siempre al cambio saldríamos ganando.

Para poder renovar su actual Carnet de Identidad español, los catalanes tendrían que demostrar que tienen una residencia fija en España y que pagan sus impuestos en España. Lo mismo les ocurriría con el Actual Carnet de conducir español, la tarjeta de la Seguridad Social , etc. Incluso les podríamos pedir Visado de entrada cuando quisieran hacer turismo en España.

Nosotros, el resto de los españoles, nos ahorraríamos todo el coste que hoy nos cuesta su Seguridad Social, sus pensiones, su paro, sus vacaciones, etc. Y lo mismo con lo que nos cuesta hoy mantener a los inmigrantes que ahora residen allí, que cada vez son más numerosos, sobre todo los que provienen de países árabes.

Todos los que tenemos el dinero en alguna entidad de allí, podríamos depositarlo en el Santander, o el BBVA o Caja Madrid, que al final revertiría en la empresas españolas; por no hablar de las participaciones que tiene las entidades financieras catalanas en las principales Compañías españolas, habría que obligarlas a devolver las acciones ya que, al no pertenecer a Europa, el gobierno español podría “nacionalizar” las mismas.


Nos ahorraríamos todo lo que hoy nos cuesta la cantidad de Diputados y Senadores catalanes que nos desprecian. Sus viajes en primera a Madrid, sus estancias en hoteles de lujo, sus dietas, sus vacaciones, sus sueldos millonarios de por vida, sus guardaespaldas, sus comilonas, etc. Y serían sustituidos por Diputados y Senadores españoles que trabajarían por España. Nos ahorraríamos los traductores que ellos nos exigen, cuando solo por buena educación deberían hablar en español, idioma en el que todos nos entendemos. También ahorraríamos en las “embajadas” que tienen por todo el mundo. Dejaríamos de pagar a los Mozos de Escuadra que, por si no lo sabes, no los paga la Generalidad , sino el Ministerio del Interior, como a los Policías y a los Guardias Civiles, sólo que les paga más.

Los ríos que nacen en España y luego entran en Cataluña podrían ser desviados para regar zonas secas de España, y no como ocurre ahora que hay que pedirles permiso para hacerlo así y que siempre lo deniegan. Además podríamos construir un buen pantano en el Ebro en la provincia de Zaragoza y convertir en regadío el desierto de los Monegros.
El cava se lo pueden meter por el culo, ya que tendrían que pagar impuestos a la exportación, y no olvidar que el 80% del cava catalán se vende en el resto de España. Nosotros no tendríamos inconveniente en tomar champán francés (que con los impuestos saldría por el estilo de precio) o la buena sidra asturianaSi necesitaran dinero para hacer carreteras, para ampliar sus puertos y sus aeropuertos lo podrían pedir prestado a España, claro que, pagándonos los correspondientes intereses y gastos. Podrían tener su selección de fútbol, y el Barca jugaría la liga con el Nastic, el Reus y el Sabadell, así generaría buenos ingresos para futuros fichajes. Además, ganaría siempre la liga, ya que no tendría rival. Lógicamente Messi, Pujol, Busquets, Xavi, Iniesta, Valdés, Pedrito, Alves, etc. buscarían equipos más competitivos en España o Italia, pero esto, a los catalanes de pro, no les importaría mucho, lo importante sería “sus señas de identidad”.
Pero por encima de todo, los españoles, nos liberaríamos de una buena cantidad de gente que nos desprecia, de políticos que solo piensan en su tierra, y de un montón de gente que nos usa según lo que les conviene y que muchas veces lo hacen con el dinero de los impuestos que pagamos el resto de los españoles., que fresquita está de muerte, y los asturianos son unos chicos muy majos que se sienten orgullosos de haber iniciado la reconquista desde Covadonga.

CONTINUARÁ

los catalinos sin los andaluces y resto de españoles no servirian para nada mejor. si tanto desprecian españa que se independicen, a ver como se las arreglaban.estoy cobntigo menbrillerar muy bien definido.

NO CAIGAIS EN LA TRAMPA DE LA DESCALIFICACION A LOS CATALANES,OSEA EL PUEBLO, NO ASI LOS POLITICOS CATALANES QUE AUN NO SE HAN DADO CUENTA QUE PARA OBTENER VOTOS NO ES NECESARIO PROCLAMAR LA INDEPENDENCIA,TODO LO CONTRARIO,HAN CONSEGUIDO QUE EN UNAS ELECCIONES,SOLO VOTEN LA MITAD DE LOS CIUDADANOS,VAMOS QUE PASAN DE LOS POLITICOS.
YO CREO QUE LOS QUE VIVIS AHI ESTAREIS DE ACUERDO QUE LA GENTE EN SU GRAN MAYORIA,NO PIENSA COMO LOS POLITICOS.
ASI QUE SI HAY GENTE QUE NO QUIERE A ESPAÑA, QUE NUNCA HAYA UN ESPAÑOL QUE NO QUIERA A CATALUÑA.