Rute - Cordoba

La amnistía fiscal aprobada por el gobierno este viernes pasado, con la que pretende recaudar 3.250 millones de euros, supone otro paso más en la dirección equivocada. El ejecutivo de Rajoy aplicará un gravamen del 8% para las empresas que repatrien dividendos de filiales en paraísos fiscales y fijará un tipo del 10% para los contribuyentes que afloren dinero evadido. Es decir, que como la ley no afecta por igual a todos los españoles y los órganos gubernamentales encomendados a la tarea de combatir el fraude fiscal (el español es uno de los más elevados de Europa) se muestran inoperantes, Rajoy decide condonar las deudas a los más ricos, entre los que se encuentran, naturalmente, los actores principales en la generación de esta crisis.
Los 100 primeros días del gobierno de Rajoy traslucen el carácter de un Partido Popular absolutamente inmoral a la hora de repartir la carga de la crisis. Los partidos políticos, los sindicatos, la patronal y las mastodónticas administraciones autonómicas siguen despilfarrando el dinero de los españoles al tiempo que se legisla para hacernos la vida más difícil, presentándonos la situación como inevitable, pues son exigencias de Bruselas. Ni tan siquiera ese señor caprichoso al que nadie ha votado llamado mercado da muestra alguna de confianza en la deriva española. Se nos dice que no es suficiente y nadie dice basta.

Se recortan los servicios públicos, suben los impuestos directos con el incremento del IRPF, aumentan los costes de energía con una nueva subida: la luz, un 7%; el gas, un 5%; y el butano, un 3%. Y se precarizan hasta la extenuación las relaciones laborales con la nueva reforma, dejando al trabajador inerme ante la voluntad empresarial. Ante este panorama, el crédito continúa sin fluir mientras el sector financiero acapara todas las dádivas gubernamentales y comunitarias.

Al delincuente se le premia y a la víctima se la castiga. Nos abandonamos a los paliativos impuestos por un sistema con metástasis . El capitalismo está deslegitimado y el sistema autonómico no tiene recorrido, pero aquí nadie quiere enterarse ¿El mundo al revés? Cierto, pero los españoles somos corresponsables (aunque a nadie le guste oirlo) de esta situación y a nosotros nos compete subvertirla, diciendo basta y tomando las riendas de nuestro destino.

Por la Defensa Social. Por España.

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