Pozoblanco - Cordoba

Se dice que un pueblo es lo que sus habitantes quieren que sea. En este momento tenemos la ocasión los pozoalbenses de que este dicho se cumpla. Nuestros políticos quieren cambiar la fisonomía moderna y de futuro que sus antepasados habían diseñado para Pozoblanco.
Desde hace muchos años, la línea de edificación del Paseo Marcos Redondo estaba fijada para dejarnos una avenida amplia, abierta, moderna y de futuro. Ahora, los políticos han decidido que la acera derecha no siga la línea que viene desde el hospital, que siga tal como está. Digo los políticos y digo bien. Aunque la decisión la hubiera tomado el PSOE, todos callan. Cuando se les pregunta sobre el tema, todos lo eluden.
Es raro que estando claro el atropello que se quiere cometer con el urbanismo de nuestro pueblo ningún partido político mueva un dedo. ¿Se quiere beneficiar a particulares por las buenas? ¿Gratuitamente? ¿Qué ocurre? Esto “huele” mal, muy mal.
La otra acera se alineó tal como estaba previsto que se hiciera con esta. ¿Que cuesta trabajo conseguirlo? ¿Que si no hay acuerdo con los propietarios hay que esperar unos años más? Pues se espera.
Ya tenemos la experiencia de una alineación modificada en la calle Juzgado que ha dejado una entrada de la calle estrecha. En aquel momento todos callamos. ¿Nos han tomado la horma de nuestro zapato los políticos? Seguro que han pensado: “no hay que preocuparse, estos se lo tragan todo. Aquí somos nosotros los que mandamos y podemos cometer todas las tropelías que se nos ocurran”.
Señores del PSOE, están a tiempo de rectificar. Aunque ahora sería más costoso para nuestro pueblo, todavía pueden hacerlo.
Señores de la oposición, ahora tienen mayoría. Si tienen voluntad de actuar, ahora pueden hacerlo.
Termino repitiéndome. ¡Esto huele mal, muy mal! Ni la oposición se oyó cuando se adoptara la decisión de modificar la línea, ni ahora se oye. ¿Que es el PSOE quien tiene que rectificar? Generalmente, a quien comete un error hay que obligarlo a rectificar, no rectifica por sí mismo.
Queridos vecinos, ¡no consintamos que nos “pisen” impunemente!