Opinión Si hay algo que caracteriza a la izquierda y la derecha de los años de la preguerra, fue precisamente la polarización extrema y el radicalismo en el que se posicionaron ambos lados, algo que caracteriza en estos tiempos a la derecha y no así, gracias a dios, a la izquierda (aunque ello suponga que llegue a gobernar esa derecha). Los extremos no son buenos. Largo Caballero llegó a defender la revolución de 1934 como un acto legítimo y necesario, cuando realmente supuso una pérdida de conciencia democrática y de paciencia política, y por otro lado la derecha llegó al extremo de dar un golpe militar para hacerse con el poder en contra de lo que el pueblo había decidido en las urnas. Todo fue consecuencia del radicalismo de las élites en contra de lo que el pueblo deseaba. Cuando digo que esta derecha se parece a la de 1936 vengo a indicar que es una estrategia de la derecha española, para llegar al poder, posicionarse en el radicalismo, y aprovechando momentos de tormenta (a nivel mundial como podemos comprobar cada día), en vez de arrimar responsablemente el hombro y hacer todo lo necesario, junto al gobierno de turno, para ayudar al país, lo que hace es todo lo contrario, procurar la máxima destrucción, máximo desánimo, máximo enfrentamiento, máxima desconfianza y máximo todo negativo (como en 1936), o sea, un extremismo deshumanizado porque la única razón de sus actos es llegar al poder y para nada solucionar los problemas de este país. Pero lo peor de este posicionamiento está en que se dicen muchas mentiras, se coloca el ventilador y caiga quien caiga es lo de menos. Y no hay derecho a que personas que dedican su existencia a la vida pública, personas a las que todos los ciudadanos deberíamos de estar muy agradecidos porque se colocan en puesto de mucha responsabilidad, incluso renunciando a su vida personal y familiar, acaban teniendo una respuesta muy injusta y despreciable de parte de la ciudadanía, cuya voluntad es manipulada por sucios intereses de otros políticos, acompañdos de todo un arsenal de medios de comunicación abominables. Recordemos a Felipe González. Fue víctima de una campaña de descalificaciones y descrédito porque Aznar tenía que llegar al poder como fuese. Me viene a la mente el caso Guerra, lo cual quedó en nada una vez decidieron los jueces, pero el daño que hizo el ventilador de la derecha fue inmenso. Pero lo más reprochable de todo es que actualmente en casos de personas, como por ejemplo Manuel Chaves, sin haber ningún tipo de imputación ni acusación judicial, tiene esa derecha la osadía de decirle que dimita, y en otras comunidades, como Valencia, con un presidente imputado, lo presentan a la reelección ¿Cómo se puede llamar este tipo de acciones? Y el pueblo lo consiente. Y lo lamentable es que España está en una situación de desempleo generada por muchas condiciones que no tienen que ver con la política de Rodríguez Zapatero, lo cual crea un posicionamiento crítico de la ciudadanía en general hacia él, y ello influirá para que la fuerza más irresponsable, políticamente hablando, pueda llegar a gobernar este país. Muy lamentablemente, porque han demostrado que no son dignos de gobernar. Y espero que a pesar de los pesares, la izquierda se una, y sobre todo continue sin adoptar la misma postura radical de esa extrema derecha. A la izquierda la debe de caracterizar la responsabilidad, la honestidad y el bien hacer por encima de sucios intereses por llegar a gobernar. Extremismos, no, gracias. Pozoblanco Libre. |