Pedroche - Cordoba

La gente del PP se caracteriza –dicen- por sus profundas convicciones. No son ni titiriteros de feria ni chisgarabises ni, por supuesto, como sabe bien Su Santidad, agnósticos o relativistas. Atesoran sólidos valores y, en efecto, convicciones profundas. Quieren los dirigentes populares derrotar a ETA para salvar a España y rechazan totalmente dialogar con los asesinos, aunque el que -con Mayor Oreja de ministro- fue secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxá -durante la primera legislatura de José María Aznar-, subrayara que “el final de ETA ha de producirse sin vencedores ni vencidos.” ¿Quién no comete un lapsus involuntario en esta vida?

Martí Fluxá y otros selectos enviados de Aznar se vieron con los jefes de la banda y no hablaron precisamente ni del Real Madrid ni de la Real Sociedad. Pero jamás traicionaron ellos a las víctimas. Eso es lo que hizo –como sostiene el benemérito don Mariano- el presidente por accidente, Zapatero. Aznar no se entregó a los terroristas. Zapatero, sí, y según Luis María Anson, se puso de rodillas ante los etarras.

Noblemente tercos
Son gentes, los populares -además de con arraigadas convicciones-, perseverantes. Muy perseverantes, muy noblemente tercos. Tras la terrible matanza del 11-M, alzaron la hermosa bandera del “¡queremos saber!”. ¿Hay algo más encomiable y hermoso que la sed de conocer la verdad, al margen, claro, de la sed marianista de las urnas? Uno de sus iconos, Pedro J. Ramírez, se lanzó a escudriñar quiénes fueron los verdaderos culpables de la muerte de casi doscientos ciudadanos madrileños. Encontró tan insigne periodista el apoyo, más o menos público, de muchos e importantes líderes genoveses.

No abdicar nunca, nunca, nunca
En ocasiones, sin embargo, frente a la muralla del silencio, construida por el Gobierno Zapatero, por jueces ambiciosos sin excesivos escrúpulos, por policías vendidos al poder político y por periodistas progres y hasta marxistas, los hombres y las mujeres de profundas convicciones convinieron en darse una pausa. Todos sabemos hasta qué extremos ha llegado la persecución por parte de los rojos de los defensores de las esencias patrias. Ya lo señala el Evangelio: “Habéis de ser astutos como serpientes, mansos como palomas.” A veces, es necesario disimular ciertas convicciones, pero no abdicar de ellas nunca, nunca, nunca.

Simpático campeón
Pero ahora ha llegado el momento de volver a la carga. El simpático campeón Javier Arenas –que sin duda fue obligado por las hordas rojas a manifestar, hace menos de tres años, que el 11-M ya estaba investigado y punto- confirmó el otro día que sus convicciones son inmunes a chantajes o incluso a torturas estilo checas. La hombría de bien del camarada Arenas ha quedado más limpia que una patena. María Dolores de Cospedal está siendo perseguida por los sicarios zapateriles hasta límites inhumanos, como le sucede al PP de Murcia, al gran periodista Tertsch o a la admirable atleta Marta Domínguez, orgullo de España, odiada por el PSOE y, según ella ha declarado a Pedro J. Ramírez “víctima política por ser del PP”.

Heroína nacional
Marta Domínguez es probable que haya sido detenida y ande de aquí para allá en los tribunales, tratada de manera torticera y repugnante. Una heroína nacional, en manos de la policía del malvado Rubalcaba. Lo que le pasa a Domínguez le sucede también a Paco Camps, a Ana Mato, al bueno de Carlos Fabra y a cuantos el PSOE y, en buena parte, Garzón han pretendido convertir marcándolos de forma ominosa como si fueran ladrones o corruptos con el signo Gürtel.

Muy nerviosos
En todo caso, y más allá de la ironía, muy nerviosos tienen que estar los fans de la derechona y sus jefes –a pesar de las encuestas-, cuando de pronto han resucitado la paranoica conspiración o conspiranoiadel 11-M. Hace unos meses, resucitaron a los GAL. Luego confundieron deliberadamente los siniestros estados de excepción de la dictadura franquista con el estado de alarma para contener los excesos de los controladores aéreos. Tienen miedo. Como advirtió recientemente Basagoiti –que es el más listo y sensato de los populares-, cuidadito porque “Zapatero tiene siete vidas como los gatos”.

ENRIC SOPENA
27/01/2011