DEMAGOGIA Según la etimología, demagogia viene del griego demos:pueblo , y âgo:conducir , y por lo tanto hace alusión a guiar o conducir al pueblo, por lo que no tendría que ser forzosamente un discurso engañoso de quienes buscan halagar al pueblo y obtener sus respaldos.- Por tanto, podríamos decir que la demagogia es mala o buena dependiendo del uso que se haga de ella, o lo que es lo mismo de las intenciones del demagogo. No obstante, Aristóteles y Platón entendían la demagogia como una idea de la política consistente en que los políticos haciendo concesiones y halagos al pueblo, los atraían a sus fines particulares, para conseguir o perpetuarse en el poder. Desde aquellos tiempos está definida ampliamente la Demagogia, y los demagogos como las personas que tienen el arte de “adormecer” los intereses de los “pobres” en beneficio del poder establecido. Pero también existe la acepción siguiente: considerar demagogia aquella parte de la oratoria de las personas que intenta atraer a los intereses propios, las decisiones u opiniones de los demás, valiéndose para ello de mentiras, falacias y argumentos que aparentan validez, y que examinadas las circunstancias que los rodean, resultan siempre inválidos.- Por lo que demagogia es un término que ha pasado a nuestros días de una manera negativa, sin tener en cuenta las intenciones del orador, o demagogo, simplemente por el hecho de utilizar un discurso tendencioso, engañoso y perverso. Para realizar una oratoria demagógica, el demagogo puede valerse de varias formas de lenguaje, así se suele acudir a Falacias, es decir o se ofrecen razonamientos no válidos o incorrectos pero con apariencia de razonamiento correcto, pasando de ser un razonamiento engañoso o erróneo, a un razonamiento con apariencia de veracidad, convincente y persuasivo. El ejemplo más común de un falacia es cuando revatimos los argumentos del oponente, en lugar con otros argumentos, con ataques y desacreditaciones personales, sin rebatir lo que dice.- También podemos manipular la opinión de los demás, cuando se cambia el significado del mensaje, a través de modificar el contexto de las frases, palabras o afirmaciones.- Afirmar cosas en un contexto u otro, cambian el significado del mensaje, y de esta manera se puede llegar al engaño del que escucha o lee. Una frase sacada de contexto se vuelve un pretexto, y no es lo mismo. Por ejemplo alguien puede decir: el Alcalde del pueblo X, ha dicho en un Pleno que el jefe de la Oposición es un “hijo de p…ta”, pero lo que realmente dijo fue “el que diga que el jefe de la oposición es un hijo de p…ta, miente”, como veis el contexto de la frase no es el mismo, y lo que dijo no es ni parecido. Igualmente podemos utilizar la demagogia omitiendo algo, y todos sabemos lo que es omitir algo, es presentar en las opiniones una información incompleta de las cosas, lo cual nos llega como una realidad falseada, que sin ser mentira, no nos ofrece una información veraz. Por ejemplo, podemos decir “yo vi a fulanito entrando a un Hostal con una mujer”, omitiendo que detrás iba la mujer de ese fulanito. Dando el mensaje de esta forma, omitiendo ese dato, quien escucha puede pensar que fulanito tiene una aventura con alguien. De las más sutiles técnicas de la demagogia es la llamada táctica del despiste, y consiste en que el demagogo, poco a poco, va trazando una nueva línea de conversación desde aquella que no le conviene, hacia aquella otra que él aporta como necesaria, para no responder a su oponente o contrincante. También se puede utilizar la demagogia numérica, es decir basarse en estadísticas y números que estando fuera de contexto, hacen que no se refleje la realidad de las cosas, haciendo por tanto un uso tendencioso de aquellas cifras. El ejemplo más sencillo es aportar a un razonamientos datos, números o estadísticas ajenos a la conversación pertinente, y que no ofrecen más que desacierto al tema tratado. La oratoria demagoga puede ofrecer la vertiente de ir asociando una idea a una persona (o a un grupo), atribuyéndole valores negativos, despreciativos, o falsos, para que trascienda socialmente, y hacer pasar a esa persona como algo indeseable o malo.- Por ejemplo, fulanito es un mujeriego, y eso dicho en varios sitios ………, corre de boca en boca, hasta que el personal se cree que ese fulanito es efectivamente un mujeriego, sin serlo. Un discurso demagógico puede tener un discurso que contenga un falso dilema, es decir solo poner dos alternativas posibles a un solo problema, impidiendo hacer ver que pueden existir más de esas dos alternativas. El dilema de “estas conmigo, o contra mi”, supone siempre una posición simplista a cualquier problema, ya que esa dicotomía nunca es una solución. Por tanto, la oratoria demagógica puede ser variada y compleja, y puede darse tanto el la oratoria política, como en cualquier tipo de oratoria, pues solo requiere el aporte de datos falsos, falseados, o halagos excesivos, o demonizaciones absolutas, omisiones en el mensaje, etc, etc, para conseguir la confusión en el personal que escucha para atraerlo a nuestras posiciones. Desde hace tiempo no escribo en el Foro, lo que no quiere decir que no entre a leer lo que escribimos y opinamos, y considero que de un tiempo a esta parte el Foro contiene todos y cada uno de las formas de un lenguaje demagógico: omisiones, verdades a medias, lenguaje descontextualizado, demonizaciones, falacias, y en definitiva un discurso tendencioso y casi yo diría un poquito mal intencionado, lo cual me hace participar cada vez menos. No voy a acusar a nadie, no soy quien para juzgar a nadie, pero sí me gustaría que reflexionásemos y cada uno desde una autocrítica constructiva tomemos medidas para que no convirtamos este lugar de encuentro en algo “chavacano”.- Espero no haber molestado a nadie con estas opiniones que no son mas que eso, opiniones, que acertadas o equivocadas, traslado a los foreros. Un saludo. |