La cruz de la sierra es conocida como la "Cruz patriarcal", "Cruz de la Lorena" o "Cruz de Caravaca" (en ocasiones también llamada como "Vera Crucis"). Esta se distingue por poseer dos travesaños horizontales, siendo el travesaño "añadido" un poco más corto que el "original", y se sitúa sobre el mismo.
Alrededor de 1240 la Cruz adquiere connotación de protectora. Es la reliquia divina que protege en tierra de frontera contra el infiel, y poco a poco contra todo peligro que amenace. Empiezan a proliferar las narraciones milagrosas que las mentes de la época atribuyen a la Santa Reliquia.
En el siglo XIV la fama de la Cruz de Caravaca se extendió por toda Andalucía y la Mancha.
El año que la colocaron en la sierra sería muy difícil de averiguar, pero el motivo de su colocación puede que sea el de un símbolo de protección del pueblo ante los infieles y puede que fuera alrededor del año 1500 como han dicho por aquí.