Iznájar - Cordoba

Es lamentable la postura que mantiene ZP es decir los socialistas contra Chávez tras la investigación de un juez donde demuestra que este tipo en Venezuela apoya el terrorismo de ETA y no esta criticando este tipo a todos los Españoles y nuestro gobierno socialista hace oídos sordos es bochornoso defender a los socialistas los mismos que no nos defienden ante el mundo con tipos como este

Aqui se demuestra como funcionamos hoy los Españoles gracias a ZP y sus politicas

El socialismo de ZP ha colocado a España a nivel internacional en un lugar lamentable con gobiernos amigos como los de Chavez y Castro. Pero esto de ETA y Chavez es ya muy fuerte para que ZP esté callado.

A ZP le importa un bledo España, él quiere pasar a la historia como titular de algún logro importante para la humanidad, tiene especial interés en que sea su absurda "alianza de civilizaciones".

Para él, España es una cuestión discutida y discutible: le trae sin cuidado lo del orangután de Venezuela y su apoyo a ETA y no le importa hacerse fotos con el rey de Marruecos delante de un mapa donde se incluye gran parte de España como soberanía alauita.

ESTO LO DICE TODO ABC.

A. M.-F. / AGENCIAS I MADRID/CARACAS Mientras el Gobierno español sigue instalado en la tibieza, Hugo Chávez siguió ayer sin dar muestra alguna de la voluntad de cooperar con la Justicia española que ve el ministro Miguel Ángel Moratinos. Es más, se enrocó y se mostró desafiante frente al jefe del Ejecutivo. Dijo que él no tiene «que explicarle ni a Zapatero ni a nadie» nada acerca de lo que calificó como «una acusación temeraria», en relación al auto del juez Eloy Velasco que acusa al aparato del Estado venezolano de cooperar con ETA y las FARC.
También dijo que Moratinos no le ha pedido aún «ninguna explicación». Por el contrario, según él le llamó «más bien» para «explicarle que el Gobierno de España no tenía nada que ver con este tema» y para advertirle que «no me extrañase si el juez dicta una orden de captura» contra Arturo Cubilla, etarra que trabaja para el Ejecutivo venezolano. No sólo calificó de «exabrupto muy grande» que le pidan explicaciones, sino que instó a Zapatero y al Rey a echar «el ojo a su poder judicial».
Pinza Madrid-Washington
Horas antes, Chávez soltó otro discurso delirante contra el imperialismo y fabuló una teoría de la conspiración, según la cual España y EE.UU. quieren contrarrestar lo que él considera el «gran éxito de Venezuela» (pobreza, apagones e inseguridad no existen en su discurso).
Según el presidente de Venezuela, el auto del juez forma parte de una «gran ofensiva» orquestada por Estados Unidos y España para evitar la unidad de Iberoamérica. Es decir, la creación de la Comunidad de Estados Americanos y del Caribe (Celac), la versión bolivariana de la OEA, que excluye a EE.UU. y Canadá.
También formarían parte de esa conspiración contra Venezuela, según Chávez, el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que acusa a su Gobierno de violar las libertades civiles de los venezolanos, y la gira por Iberoamérica que está realizando la secretaria de Estado de Obama, Hillary Clinton. Según Chávez, la Celac «no le gusta al nuevo imperio (EE.UU.) ni al viejo imperio (España). Mucho menos les gusta que se haya decidido que la cumbre donde vaya a nacer sea precisamente acá, en Caracas».
El bolivariano emitió esta arenga por la televisión estatal, rodeado por sus ministros, desde el Palacio de Miraflores. «Van a tratar de sabotear la reunión de Caracas», agregó. «Mientras Venezuela es reconocida por el mundo, hemos visto como se ha desatado una orquesta. Todo esto está orquestado por el gran éxito de Venezuela y de nuestros gobiernos en Cancún».
Mientras, en España, el Gobierno de Zapatero sigue guardando silencio con la esperanza de que pase el tiempo y se olvide este asunto. Sin embargo, el PP no está dispuesto a dejarlo pasar. Según el portavoz de Interior del Grupo Popular, Ignacio Cosidó, la respuesta de Chávez es inadmisible: «Es difícil mayor chulería y desplante a la Justicia y al Gobierno español».
También se pronunció Hillary Clinton, quien negó la ofensiva y afirmó que el Gobierno de Venezuela «mina poco a poco las libertades» y que así «perjudica a sus vecinos» y a «los venezolanos».