Iznájar - Cordoba

Hay algunos mantras que se repiten sin cesar. Tienen por objeto ocultar una ignorancia enciclopédica de los que los usan sobre las cuatro reglas elementales de la macro economía. Los “tontos útiles” -sea dicho con todo lo respetos- afirman continuamente que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, que los “créditos hay que pagarlos” y que “los mercados no van a regalar dinero a los que no quieren trabajar”.

Ese éxito en imponer una visión tan elemental de la crisis evita a los poderes financieros asumir su responsabilidad y los representa como unos pretendidos honrados empresarios que prestan dinero y solo quieren recuperarlo.

Vayamos por partes.

Primero: ¿Quién ha vivido por encima de sus posibilidades?

La mayor parte de los ciudadanos han estado desde que tienen autonomía económica presos de las tarjetas de crédito y de las hipotecas. Han trabajado honradamente con los salarios más bajos de la Unión Europea, rodeados de una casta de ejecutivos agresivos que se han forrado.


Sobre todo porque se dieron facilidades para consumir lo que hacía ricos a los productores. Llenar el carro en un centro comercial con muchas cosas que son prescindibles era una forma de vida instituida por el capitalismo que convertía en infelices y miserables a los que no se animaban al consumo. El grito de los partidos, las instituciones, los bancos y las constructoras era de ¡Tonto el último que se incorpore al consumo!

Los ciudadanos se han comprado una casa casi a la fuerza. No estoy excluyendo la responsabilidad personal, pero el marco creado por las instituciones, los constructores, las desgravaciones fiscales y los bancos era una espada que empujaba a adquirir una hipoteca porque vivir de alquiler se estableció que era “tirar el dinero”. Los sucesivos gobiernos del PSOE, del PP y del PSOE, empujaban al consumo, a la vivienda en propiedad porque así les salían los números de las cuentas del estado. Exenciones fiscales a la vivienda para alimentar la burbuja hasta que explotó.

Hemos vivido de deuda pública que se ha ido pagando en los plazos. Todo iba razonablemente y aparentemente bien hasta que se descubrieron las trampas de los mercados financieros: estaban prestando el dinero que no tenían, se apalancaban en los estados que garantizaban sus agujeros negros, y seguían calentando la economía para aumentas sus bonos y sus retribuciones obscenas.

Ahora se pretende que los culpables son los ciudadanos. Y los partidos, todos los partidos que han tenido responsabilidad institucional, ¿qué han hecho para alertar de estas anomalías? ¿Por qué han construido aeropuertos donde no iban aviones? ¿Por qué un AVE en la puerta de cada casa? Era el progreso, decían. Edificios emblemáticos como si fueran cajas de rosquillas. Caramelos para los promotores y los constructores, y los bancos con dinero público gestionado por el PP y por el PSOE,

Y los controles de los mercados. La Reserva Federal, los bancos centrales, ¿por qué permitieron esa gigantesca burbuja financiera?

Y Alemania, ¿decían algo los gobiernos alemanes cuando los constructores españoles competían por el Audi más grande, el Mercedes todo terreno y hasta la locura de un Porche “familiar”. ¿Qué tiene que ver el ciudadano común, el que se ha quedado en el paro, con todo este espectáculo?

Los mercados financieros son especulativos. Practican la usura basada en la desesperación del que tiene que pedir dinero prestado. Y las agencias de calificación son la mafia que fija las tarifas para protegernos, como hacía Al Campone en Chicago. Y si no pagamos se llevan hasta el frigorífico.

Todo eso tiene un remedio. El primero, que los que repiten los mantras que justifican la especulación financiera cambien ese discurso. Segundo, Eurobonos solidarios para acabar con el asalto al Euro. Y tercero, que franceses y alemanes se den cuenta de que nadie está a salvo. Que el contagio de esta plaga de tiburones está garantizado mientras sigamos pagando esas primas de riesgo que es un invento para sacarnos la sangre.

Y sobre todo votar a partidos que no estén dispuestos a seguir siendo “tontos útiles” o “tontos interesados” de un sistema que tenemos que hacer que salte por los aires. #dependenosotros

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Estoy de acuerdo contigo. Este foro es un claro ejemplo de lo que son tontos útiles. Izquierda igual a despilfarro. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Andaluces subvencionados. Sindicatos malos. PP bueno. Las huelgas no sirven de nada. Son mensajes simplones que los tontos útiles repiten sin cesar. Hasta que por fin se den cuenta de que les han tomado el pelo. El problema es quien saca a esta pandilla de ignorantes de su error.

Por estas razones y por alguna más, dije hace unos dias que NO VOLVERIA A VOTAR hasta que todos cobrasen una mensualidad, y que lo único que me conmovia eran esas personas que eran desahuciadas.