Hinojosa del Duque - Cordoba

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Esta carta aparecia hoy en el 20 minutos ediccion impresa

Pues menos mal que están exentos de pagar impuestos, así por lo menos éstos no han acabado en los bolsillos de los corruptos que tú tanto defiendes.

O en los ke defiendes tu como tu amigguito del alma jaume matas ke le han metido hoy seis aÑitos al la sombra o los ke le van a meter a otro del opus ruizmateos ke van a ser unos cuantos tambien......

Segundo preso por el caso de los ERE. Cerca de las dos de la madrugada, cuatro días antes de las elecciones y diez días después del envío de Guerrero a prisión, la juez Alaya enviaba a prisión incondicional sin fianza a Juan Francisco Trujillo, exchófer del exdirector general de Trabajo tras la petición de la Fiscalía Anticorrupción a la que se adhirieron la Junta de Andalucía y las acusaciones de PP y Manos Limpias. La decisión llegó tras una larga declaración, cuya expectación se correspondió con lo dicho ante la juez, un escandaloso testimonio en el que ratificó que ambos estuvieron al menos tres años gastándose el dinero público en cocaína, fiestas y copas. La juez imputa al exchófer 11 delitos: tres de obtención indebida de subvenciones, uno de falsedad en documento mercantil, cohecho, tráfico de influencias, prevaricación, malversación y tres de falsedad en documento oficial. El fiscal solicitó que Trujillo pague 2.300.000 euros por las subvenciones obtenidas, la póliza que obtuvo su madre y la venta de unos terrenos además del añadido de un tercio legal, que la juez aceptó. La defensa alegó que la decisión de encarcelarlo «tiene tufillo político».
Durante el largo interrogatorio, que se prolongó hasta pasadas las 20 horas, el exconductor admitió que gastaba 25.000 euros al mes en comprar drogas, conducta que se prolongó durante tres años. «Consumíamos cocaína a cualquier hora» dijo Trujillo, que aseguró que compraba la droga cada dos o tres días y hacía bolsas con ellas. Y cada cierto tiempo le daba a su jefe las bolsas. De hecho, manifestó que tanto él como el exdirector general (en prisión) consumían cinco o diez gramos al día. Esto provocó la sorpresa en la propia juez Alaya, que insistió en preguntarle si era así.
«Consumíamos cocaína a cualquier hora»

El testimonio del imputado puso de manifiesto que la mayor parte del dinero que Guerrero dio en subvenciones al chófer (1.350.000 euros) lo gastó en la adicción que compartían. Las cuentas salen. Tres años gastando 25.000 euros al mes en cocaína. Y a ello hay que sumar la póliza de 125.000 euros que Guerrero firmó a nombre de la madre de su empleado, Estrella Blanco. Una subvención que,según dijo, se la concedió para «obtener liquidez para la cocaína». Para comprar la droga fue el propio Guerrero quien le indicó el contacto: tenía que ser a través de Goyo, el hijo del dueño del hotel La Posada del Moro en la Sierra Norte, y que fue socio de Trujillo en otra empresa.

A esas cantidades gastadas en droga hay que sumar el dinero que, según Trujillo, se gastó en regalos para su jefe. Así, invirtió en presentes (un piano,cuadros y antigüedades) entre 30.000 y 40.000 euros. Le compró ropa en El Corte Inglés por 2.000 euros, tres teléfonos móviles que le costaron 1.200 euros y unos 100 euros en bolígrafos Parker. El imputado también dijo que, a veces le daba dinero en metálico a su entonces jefe. Así, concretó que llegó a darle entre 60.000 y 80.000 euros en metálico y que Guerrero recibía muchos regalos, como el GPS y el DVD más dos pantallas de TV para el BMW que le regaló el dueño de la gasolinera de Cazalla.
Escandalosa también resultó la descripción de la jornada laboral de Guerrero que el imputado hizo. Según explicó, cuando salía de la Dirección General se dirigía a comer a un restaurante. Luego se iba de copas, siempre a los mismos locales, y allí despachaba sobre las subvenciones. Y luego, a los pocos días, esas personas aparecían en el despacho oficial para obtener la subvención pública.
Cobraban facturas falsas como una de 6.900 euros por descargar un archivo

Pero Trujillo, que sólo respondió a las preguntas de la juez y del fiscal (su defensa no le hizo ninguna), también reveló que llegaron a cobrar casi 100.000 euros en facturas falsas. Él cobró 6.900 euros a Delphi por descargarse una memoria económica de la pagina web de empresa. Admitió otra factura de 6.900 euros de Dhul, otra de un bufete de abogados de 6.000 euros y 78.000 de una empresa de Córdoba. Trujillo reconoció que en Madrid recibió dinero de Antonio Albarracín (de Vitalia) «en un sobre grande de dos dedos de grosor».

En cuanto a las inversiones que el imputado realizó con las subvenciones, dijo que compró un piso en Sevilla y unos terrenos en Jaén. Explicó que logró un crédito de Cajasol para la citada casa sólo con un papel firmado por el exdirector general de Trabajo en el que le prometía una subvención. También admitió, a preguntas del fiscal, que cobra el paro de forma indebida.

La acusación del PP, que ayer pidió la detención inmediata del directivo de Vitalia Antonio Albarracín, preguntó al imputado si el dinero que recogió de Vitalia era para Guerrero o para el PSOE y también quién pagó el Mini rojo que regalaron a la mujer de Guerrero. El imputado no respondió.