Hinojosa del Duque - Cordoba

Pese a los esfuerzos económicos que España está llevando a cabo, nuestro país necesita 44 mil millones de Euros para equilibrar el déficit. El año 2011 se cerró con una deuda de 91 mil millones de euros, un 41 % más de lo previsto, siendo las autonomías responsables de casi el 70 % del descubierto. El Gobierno sabe que rebajar la deuda del 8,51 % al 4,4 % en un año es una tarea imposible que no tiene precedentes en la economía española, ya que significa la ausencia de ingresos para el Estado durante un año, llevándole a la quiebra técnica. La clave es la multimillonaria deuda pública que arrastran las autonomías, y la respuesta del Gobierno ha sido gravar las rentas de los trabajadores en lugar de frenar la sangría de las taifas. El modelo autonómico sigue siendo intocable para el establishment del pensamiento único patrio. Un sistema que ha demostrado ser un fracaso administrativo y un serio perjuicio para la integridad nacional, es un sistema sin recorrido histórico. Las autonomías han arrastrado a la economía nacional al abismo y han inflamado las envidias y los rencores entre españoles, haciéndonos más vulnerables a la crisis que los países de nuestro entorno. Y por más que sean las voces reputadas que así lo indiquen, los amos del tinglado continúan haciendo oidos sordos, moviendo a sus peones mediáticos para desenfocar la realidad y señalar al comensal de enfrente como responsable de que no quede nada en la despensa.
Todo el mundo sabe que los partidos políticos, al menos los que tocan pelo, no morderán la mano que les da de comer. Y menos aún quienes detentan el poder en la mayoría de autonomías. Demasiados cargos de designación a dedo patrocinan un inmovilismo que continuará fagocitando las economías domésticas. Ya no se trata de recortar sueldos de funcionarios o de eliminar cargos intermedios o consejerías, una gota en el océano del despilfarro, sino de coger el toro por los cuernos; de eliminar todo un entramado de tan innecesarios como ineptos intermediarios políticos. De lo que se trata es de devolver competencias a los ministerios, y de dar mayor responsabilidad a los ayuntamientos, aunque redefiniendo el modelo municipal, tan corrupto como los anteriores, además de corresponsables de la burbuja inmobiliaria que tan buenos clientes trajo a los partidos y a los bancos, y tanta ruina ha sembrado en miles de familias.
Los españoles tienen el derecho y el deber de rebelarse frente a las imposiciones de aquellos que apuran nuestros bolsillos con tal de no arriesgar sus poltronas. Mientras los trabajadores ven recortados sus derechos y los ciudadanos son desposeidos de los servicios públicos, el monstruo autonómico no deja de engordar. El sistema que no nos dimos sino que nos dieron el siglo pasado está periclitado por ineficiente, por ruinoso y por disgregador.
FE-JONS señala al sistema autonómico como el principal escollo para salir de la crisis, y exige nuevamente su paulatina desaparición como condición primera para la necesaria regeneración de España