El PSOE gastó 43.453 euros en comidas de la Fundación Botí Un cínico aforismo político habla de los langostinos que hay que comer para llevar los garbanzos a casa. El anterior delegado de Cultura de la Diputación Provincial y responsable de la Fundación de Artes Plásticas Rafael Botí, el socialista José Mariscal, bien podía modificarlo para decir cuántas comilonas había que meterse entre pecho y espalda para llevar las exposiciones al Palacio de la Merced y a los pueblos. Un informe de fiscalización elaborado por el Servicio de Intervención de la institución provincial ha detectado que la Fundación Botí gastó, sólo durante el ejercicio 2010, en la época en que la Diputación estaba en manos del PSOE, una suma de 43.453 euros en opíparas comidas que se pretendieron colar como inherentes al trabajo o a la preparación de actividades culturales, aunque ahora encuentran serios reparos para ello. El análisis de Intervención, al que ha tenido acceso ABC, detalla estos gastos en cuatro grandes partidas. Las facturas remitidas a la Diputación se justificaron como gastos de manutención con motivo de reuniones de planificación, preparación y montaje de exposiciones, además del cátering posterior a la apertura. Así, según el informe, en un conocido y prestigioso restaurante de entre los más innovadores de la ciudad, Mariscal y su equipo se gastaron 17.810,25 euros sólo el año pasado, mientras que una prestigiosa marisquería la factura del año 2010 ascendió a 15.299,98 euros. No faltaron comidas en otro restaurante del centro de Córdoba, con un montante superior a los 6.400 euros, mientras que en otro establecimiento también de carácter innovador la Fundación Botí dejó 3.904,95 euros de fondos públicos. El informe de Intervención General no apunta cuántos servicios ocasionaron las correspondientes facturas, pero sí hace la cuenta del importe por persona, que juzga «criticable». Asciende a cifras que están entre los 75 y los 90 euros por comensal, en un año marcado por una acuciante crisis económica que tiene un coste social que afectaba ya en Córdoba a decenas de miles de parados y con un aumento de la demanda en los comedores sociales de la ciudad. Tan o más reprobable que este dispendio en comidas en prestigiosos restaurantes le parece a la Intervención el concepto por el que se realizan (a juzgar por el precio por persona). Las facturas se intentan hacer pasar como inherentes a la necesidad de planificar las actividades, como si para decidir cómo organizar una exposición, negociar son sus promotores y patrocinadores y planificar el montaje, fuese necesaria una comida por todo lo alto. |