Espiel - Cordoba

LA votación ayer en el Parlamento autonómico permite la admisión a trámite de la iniciativa legislativa popular para la supresión de la Fiesta de los toros en Cataluña. Se trata, sin duda, de un trámite puramente formal que, pese a su relevancia, no prejuzga el resultado final del debate parlamentario y, por tanto, no significa que la cuestión esté ya resuelta. Sin embargo, no hay que cerrar los ojos a la realidad: ante la opinión pública ha sido un éxito para los nacionalistas radicales, que disfrazan bajo el pretexto de la protección a los animales su desafío permanente a cualquier signo de españolidad en la sociedad catalana. Como mínimo, los impulsores de la iniciativa han ganado ya la primera batalla, demostrando su capacidad de presión sobre determinados partidos. Por mucho que pretenda eludir su responsabilidad bajo la libertad de voto otorgada a sus diputados, lo cierto es que el PSC tiene la responsabilidad última sobre el futuro de esta campaña contraria a una fiesta profundamente arraigada en Cataluña, al igual que en el resto de España. En el fondo, a los nacionalistas sólo les importa demostrar la existencia de una imaginaria identidad catalana que excluye cualquier relación con la cultura común de todos los españoles.
El desafío permanente del nacionalismo utiliza todo género de pretextos, ya sea las consultas soberanistas, la presión al TC sobre el Estatuto o ahora un ataque injustificado y fuera de lugar contra la tauromaquía. Rodríguez Zapatero tendría que decir lo que piensa sobre un asunto que va mucho allá del ámbito de los aficionados a la Fiesta. A su vez, José Montilla tiene la responsabilidad directa de dar instrucciones al grupo parlamentario acerca de una cuestión que se ha convertido en material muy sensible desde el punto de vista político, porque no es suficiente que se manifieste contrario a título personal a la prohibición de las corridas. Por razones históricas, sociológicas y también económicas, la Fiesta de los toros goza de una indudable fuerza en Cataluña y así debería ser reconocido por el Parlamento al margen de cualquier oportunismo coyuntural. Sin embargo, después de la decisión de ayer, la tauromaquia corre serio peligro. Por ello, PSC y CiU deben dar la cara ante los ciudadanos y no esconder la cabeza debajo del ala en una cuestión que conjuga múltiples elementos, entre ellos una fuerte carga de desafío del nacionalismo radical. Habrá que seguir con atención los próximos trámites parlamentarios de esta desafortunada proposición de ley

NO A LOS ASESINOS DE ANIMALES.
SEGURO QUE ERES EL MISMO DE EL POST DE ABORTISTAS A LA CARCEL,PA QUE OS DEIS CUENTA SEÑORES,LO QUE SE CONTRADICE UN TAURINO,POBRE INFELIZ.... DEFIENDE EL ABORTO QUE NO ES NADA AL DIA SIGUIENTE,SIMPLEMENTE UNA PASTILLA,Y LE ENCANTA VER COMO MATAN A UN ANIMAL DE ESA MANERA.
ERES UN MALISIMO.QUE LO SEPAS

¿El aborto no es nada? Al final van a tener razón los abortistas, !nos habriamos librado de elementos como tu!

pero que es el aborto,desgraciao,tu le exas un polvo a una tia,y mañana se toma la pastilla,eso es aborto??? venga ya hombre,,,haz el favor de callarte anda

vaya machista de mierda

machista tú,que pasa,que solo tienes esa respuesta??

El post era "antiabortistas" a la cárcel. Vamos, lo he leído despacio y leo anti-abortistas.

Y el Psoe considera la vida humana menos importante que la de los toros. Date cuenta que da libertad de voto a sus diputados, en la votación de la ley, en el parlamento de Cataluña, sobre la prohibición de las corridas de toros. Mientras que ha exigido la disciplina de voto en la votación de la nueva ley del aborto.

Evidentemente la vida de los seres humanos es menos valiosa que la de los animales. Ahora son los toros y antes fue la “pirueta” de dar derechos a los monos. El posters de la Conferencia episcopal española en la que se decía que el lince estaba más protegido que el niño, ha quedado confirmado.

Extraña mucho más, que un partido que se autodefine como defensor de los débiles, sin embargo, esté promoviendo, para dar satisfacción a los lobby pro abortistas y feministas radicales, esta ley que como han puesto de manifiesto la encuestas realizadas es ampliamente rechazada por la sociedad española.