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Tres intoxicados en el Averroes por comer tarta con cannabis

La dirección expulsa durante tres días a la estudiante que cocinó el pastel y lo repartió entre sus compañeros de clase para celebrar su cumpleaños.

El pastel guardaba un ingrediente secreto. Tres personas del Instituto de Educación Secundaria Averroes, en el Sector Sur, tuvieron que ser ingresadas el pasado viernes en el Hospital Universitario Reina Sofía tras ingerir una porción de un pastel cocinado supuestamente con cannabis por una estudiante, según confirmó ayer a el Día la delegada de Educación, María Dolores Alonso.
La joven, una alumna de primer curso de un ciclo de segundo grado, quiso compartir con sus compañeros un dulce que ella misma había preparado para celebrar su cumpleaños, y aprovechando el cambio de clase dio a probar su receta sin desvelar el ingrediente secreto. El resultado tóxico de la mezcla, sin embargo, no tardó en aparecer. En pocos minutos, varios de los jóvenes que habían probado el dulce comenzaron a sentirse indispuestas y a sufrir vómitos y taquicardia. Algunos estudiantes necesitaron de tratamiento médico y los tres más graves tuvieron que ser ingresados en el Servicio de Urgencias del Hospital Reina Sofía, donde pasaron la noche.

Los análisis médicos sacaron a la luz que los síntomas se debían a una intoxicación por cannabis, aunque los hospitalizados insistieron a los facultativos en que no habían ingerido ningún tipo de estupefaciente. Más tarde se desveló que la tarta de cumpleaños incluía droga entre sus ingredientes, aseguró ayer el director del centro, Joaquín Elvira.

Tras conocer el origen de la intoxicación, el equipo directivo del instituto de la calle Motril resolvió el martes expulsar durante tres días a la alumna de manera cautelar –dijo Elvira–, y hoy se reúne una comisión de convivencia para resolver el expediente y escuchar a la estudiante. Tras los hechos, la joven ya pidió perdón a sus compañeros y dijo que no tenía intención de hacer daño.

La delegada de Educación, María Dolores Alonso, calificó los hechos de "graves" y atribuyó la gamberrada a una "irresponsabilidad absoluta" y a una "mínima falta de reflexión" de la estudiante. "Se trata de un incidente muy serio que atenta contra la libertad de los demás", subrayó Alonso. Al ser mayor de edad, la joven "tiene que hacerse responsable de sus actos, porque podía haber producido mucho daño a terceros".

En la comisión de convivencia participan profesores, padres y alumnos. En el caso de que la falta se considere grave, la máxima sanción que se puede aplicar a la estudiante es la expulsión durante un mes, explicó Alonso

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