Córdoba - Cordoba

Es triste ver cómo las victorias que le hemos logrado arrebatar al sistema con la lucha y la movilización de millones de mujeres, trabajador@s y pueblos, se encuentran amenazadas de extinción por el fortalecimiento en el gobierno, y en la sociedad, de la ideología goda, fascista y extremadamente patriarcal, representada por Álvaro Uribe y su sequito señorial. Pasó con la salud, el trabajo digno, la educación y ahora con el derecho a la autodeterminación de las mujeres. Pero claro, si es que no hay nada que les duela más a estos machotes capitalistas y conservadores que la libertad y autonomía de las que consideran “sus mujeres”.

Es por esto que, tras la decisión de la Corte Constitucional de impulsar campañas de educación sexual en el país en las que se incluyan los tres casos despenalizados de aborto y se dé a conocer la manera de acceder a este derecho, salieron dichos personajes a pegar el grito en su cielo sabiendo bien que su peor enemigo es un pueblo consciente de sus necesidades y sus luchas y, en este caso, unas mujeres rebeldes que saben sus derechos y los pelean.

La Iglesia, representada magistralmente por el procurador Alejandro Ordóñez, las élites conservadores, y con ellas el rector de la Universidad la Gran Colombia José Galat, son los que han salido públicamente a atacar a la Corte –como es costumbre del gobierno uribista cuando sus fallos no les favorecen- y a señalar al aborto como un delito. Sin embargo, no salen igualmente indignados a denunciar y a rechazar las masacres paramilitares ni las ejecuciones de jóvenes –llamadas erróneamente falsos positivos. Ni tampoco han condenado verdaderos crímenes como lo es que en Colombia mueran cinco mil niñxs de hambre al año o que en las esquinas de las ciudades se encuentren otrxs miles luchando a diario por la sobrevivencia de sus familias o lxs que son explotadxs laboralmente o violadxs por curas de la Iglesia, curas que ahora vienen a pretender pasar por defensores de los derechos humanos cuando son cómplices de la pederastia, la explotación y la miseria.

¿Cómo te sentirías si fueras explotada y dominada durante miles de años, si no pudieras decidir sobre tu vida ni sobre tu cuerpo, si te vieran como un objeto al cual cogen y golpean cuando quieren y como quieren, que te obligaran a engendrar, criar y sostener a un ser producto de una violación sistemática, y si te obligaran a reducir tu proyecto de vida a ser esa madre abnegada y sumisa que ellos quieren para sus hijxs?

El aborto no es un delito como lo señalan los victimarios; es un derecho que tenemos todas las mujeres a decidir sobre nuestros cuerpos y a diseñar autónomamente nuestro proyecto de vida. La despenalización del aborto en caso de violación, malformación o de que la salud de la madre se vea seriamente comprometida es el comienzo de una victoria lograda tras años de lucha, como todos los derechos que tenemos. Es por esto que vemos con preocupación, y rechazamos, los esfuerzos que realiza el gobierno por retroceder los alcances de la dignidad humana como lo son la despenalización del aborto, la defensa de la salud y educación pública y gratuita, las condiciones y derechos de l@s trabajdor@s, el reconocimiento de la soberanía de las culturas ancestrales, entre muchos otros, que han construido los pueblos.

¡Por el aborto libre y gratuito y una sexualidad plena, placentera y responsable, contra el capitalismo machista, por el poder de las mujeres y el poder popular!

Soy una cristiana, aunque no católica, que siempre he estado en contra del aborto. No hay que discutir que si el aborto es un crimen o no, pues todos sabemos que cuando se engendra un ser, éste tiene derecho a vivir.

Hay que tener en cuenta la libertad de las mujeres que han sufrido abusos sexuales, que tienen problemas de enfermedades, que son demasiado jóvenes e infinidad de

problemas que pueden llevarla a decidir abortar.

Para esos casos debe haber una puerta abierta con una ley del aborto en la que la mujer tenga libertad para tener o no al hijo, y ¡eso es responsabilidad de cada uno!

Podría ser que si esas personas traen ese ser al mundo en situaciones difíciles, ese niño sea más desgraciado que si no llega a nacer.

Por ello dejemos de debatir y dejemos que esa ley pueda estar ahí, ya que el que esté no tiene por qué inducir a nadie a abortar, y en último caso, el Juez supremo que juzgue a cada persona.

El juez supremo nos da toda la libertad, no la quitemos nosotros.

El pasado sábado día 17 de octubre de 2009, de nuevo los sectores más conservadores del país volvieron a salir a la calle a protestar por una iniciativa legislativa del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Hasta ahí todo normal, ya que el derecho a manifestarse está recogido en la Constitución como uno de los derechos fundamentales; además a mi entender es buena la implicación de la sociedad en los asuntos políticos que atañen al país sean en un sentido o en otro.

El tema objeto de la protesta es la reforma de la Ley del Aborto; en 1985 el primer Gobierno de Felipe González despenalizó el aborto para unos casos concretos, pero se dejaron algunos flecos sin regular que con el paso del tiempo, ha conllevado a que la reforma fuese necesaria.

Mi opinión sobre el tema es el siguiente: no creo que el aborto deba ser utilizado como método anticonceptivo, y para eso debe llevarse a cabo una buena educación y formación sexual, explicando toda la clase de medios que existen para impedir el embarazo, pero desde luego estoy totalmente en contra de que una mujer deba ir a la cárcel por abortar.

Sin lugar a dudas la decisión de abortar es muy dura y difícil, pero entiendo que el Estado no debe inmiscuirse en la vida de las mujeres y que éstas deben tener derecho y libertad.

Por otro lado hay que explicar que no se obliga a nadie a abortar, pero con esa misma premisa se debe dar liberta a quien quiera hacerlo.

La reforma que se pretende llevar a cabo, quiere armonizar este tipo de normativa con el resto de países Europeos como Alemania, Francia, Portugal…

Y supone la permisión de abortar según unos plazos y unas premisas; se permite el libre aborto en las primeras 14 semanas de embarazo, es decir unos tres meses y medio (igual que en el entorno Europeo).

Y a partir de ahí como sucede ahora se permite el aborto solamente en caso de violación de la mujer, riesgo para su vida o la del feto, o mal formación del feto que supondrá un no pleno desarrollo del futuro bebé.

Además con esta reforma se pretende una mayor seguridad jurídica y reparar los flecos que se habían dejado sin resolver anteriormente.

Por último quería hacer colación a varias cosas:

En los años 60 y 70 eran comunes los viajes a Londres de hijas de familias acomodadas “para aprender idiomas”; ya que en su estatus social estaba muy mal visto que una hija soltera, o demasiado joven se quedase en cinta… eso mostraba una moralidad un tanto distraída…

Y por otro lado me encantó ver al Expresidente del Gobierno José María Aznar, aludiendo que acudía a la manifestación por razones morales, ese Presidente que a cambio de ser la becaria de Bush metió a España en una Guerra contraria al Derecho Internacional, en la que han muerto miles y miles de personas, entre ellas muchos niños. Además de que en sus ocho años de Gobierno hubo más de 500.000 abortos en nuestro país, y en ningún momento pensó en derogar la mencionada ley que ahora se pretende reformar.