Córdoba - Cordoba

Si viviera Miguel de Cervantes, o D. Quijote, dirían que con la cerveza hemos topado.

Varapalo judicial al ardor registrador del obispado cordobés. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) acaba de dar la razón a la firma Cervezas Alhambra, por lo que el cabildo de la ciudad andaluza no podrá producir ni comercializar cerveza bajo la denominación Mezquita de Córdoba, nombre que registró en el 2012 en la Oficina de Patentes y Marcas. El problema es que Cervezas Alhambra ya lo había registrado diez años antes. La Iglesia deberá pagar, además, 1.500 euros de costas procesales.

El obispado, que en el 2006 ya había inscrito el nombre del monumento como de su propiedad, sufrió en el 2012 un ataque registrador e inscribió a su favor el uso de términos como La Catedral de Córdoba, Mezquita de Córdoba, Mezquita Catedral, Conjunto Monumental Mezquita Catedral de Córdoba, Conjunto Monumental Catedral, antigua Mezquita de Córdoba y Catedral y antigua Mezquita, aplicados a una amplísima variedad de productos.

En España, se pueden registrar marcas en 45 clases diferentes de productos. Se rige por la Clasificación de Niza, reconocida por la Unión Europea. Los canónigos cordobeses inscribieron todos esos nombres en productos como joyería, cuchillería, metales preciosos, muebles, ropa, juguetes, artículos de cuero, productos alimenticios, café, té, cacao, aparatos tecnológicos, seguros, telecomunicaciones, transporte, hostelería, hospedaje y un largo etcétera. También rellenaron el apartado 32 relativo a "cervezas, aguas minerales, gaseosas y otras bebidas sin alcohol; bebidas y zumos de frutas, siropes y otras preparaciones para elaborar bebidas".

Pero el nombre ya estaba registrado. A mediados del pasado siglo Cervezas El Águila se hizo con la fábrica La Mezquita SA que existía desde los años veinte. La publicidad de entonces mostraba a un musulmán con un vaso en la mano y el eslogan: "El Corán lo prohíbe, pero es tan exquisita...".

En la parte inferior se podía leer: "Cervezas La Mezquita SA. Capital 3.000.000 ptas. Córdoba". Después de varias compras y ventas, la granadina Cervezas Alhambra, hoy integrada en el grupo Mahou-San Miguel, se hizo con la propiedad y decidió retomar la producción de la cerveza Mezquita en el 2002. Para ello, registró el nombre en la Oficina de Patentes y Marcas.

Ante su sorpresa, esa misma oficina aceptó diez años después que el obispado cordobés registrara el nombre Mezquita de Córdoba. Alhambra recurrió la decisión, reclamando la exclusividad del nombre. Ahora, el TSJM le da la razón y condena al obispado cordobés al pago de las costas judiciales. En la sentencia, los jueces entienden que "se trata de marcas incompatibles toda vez que en la impugnada (Mezquita de Córdoba) se contiene completamente la marca prioritaria (Mezquita), la cual, al tener un carácter muy genérico, debe primar sobre una mezquita en concreto cual es la de Córdoba, famosa en el mundo entero, pero que no deja de ser una mezquita".

El portavoz del cabildo, José Juan Jiménez Güeto, insiste en que la institución eclesiástica registra todos estos nombres "sin ninguna intención económica". Y que en ningún momento el obispado se ha planteado la posibilidad de dedicarse a la fabricación y comercialización de cervezas. Pero la realidad es que, al tener registrados todos esos nombres a su favor, el empresario que quiera comercializar un producto bajo esa denominación tendría que solicitar el permiso de los canónigos. Y negociar con ellos.

Sorprende también el hecho de que pese a sus conocidos intentos de borrar toda huella musulmana en el edificio, patrimonio de la humanidad, los máximos responsables del cabildo hayan registrado la marca Mezquita de Córdoba, una realidad de la que ellos mismos reniegan.

Simplemente: ellos son así.

Miguel Hernández denominaba "obispos buhoneros" a esta clericalla avarienta que guarda tesoros en la tierra.

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