Romances de Andalucía Camino de Naranjales caminaba un arriero: buen zapato, buena media, buena bolsa de dinero. Arreaba siete mulos, ocho con el delantero; nueve se podían contar con el de la silla y freno. A la salida de un monte siete pillos le salieron: - ¿Dónde caminas, buen mozo, el buen mozo arriero?- - Camino hacia la Mancha a un encarguito que llevo.- - A la Mancha iremos todos como buenos compañeros.- Al revolver de una esquina una taberna que vieron: - Echa vino, montañés, echa vino, tabernero, que lo pagará el buen mozo, el buen mozo arriero.- - Yo sí que lo pagaré, que tengo mucho dinero, que tengo más de doblones que estrellitas tiene el cielo.- El primer vaso que echó, pa el buen mozo arriero: - Eso no lo quiero yo que es un vaso de veneno, que lo beba el rey de España que está muy gordito y bueno.- Al oír estas palabras siete espadas relucieron, el buen mozo sacó el suyo, que era de un brillante acero. A la primera estocá cuatro cayeron al suelo, tres se pudieron salvar: sus patitas les valieron. Y ya se acabó la copla del buen mozo arriero. |