Bujalance - Cordoba

FRENTE AL ATAQUE A NUESTROS DERECHOS Y LIBERTADES.
DE LA INDIGNACIÓN A LA ORGANIZACIÓN

Aquí estamos, aquí seguimos.
A pesar de no salir cada día en los medios de comunicación. A pesar de aquellos que se dedican a decir que ya no nos movemos, que se pasó la temporada de lucha primavera-verano. Y a pesar de aquellos que fomentan estallidos sociales que son flor de un día sólo porque son bonitos y nos desahogamos un rato. A pesar de todo, hemos pasado un año luchando.
Durante este año nos habéis seguido robando, nos habéis vuelto a imponer otra reforma laboral, nos habéis echado del trabajo y de nuestras casas, nos habéis recortado la sanidad y la educación, nos habéis pegado, nos habéis acusado de formar parte de bandas criminales y hasta queréis cambiar la ley para que levantar los brazos, las palmas abiertas, sea considerado un delito de atentado contra la autoridad.
¿Pero de qué autoridad estáis hablando? Querréis decir poder, porque quienes mienten -porque nos habéis mentido-, quienes pegan -porque nos habéis pegado-, quienes roban -porque nos robáis todos los días- no tienen derecho a reclamar que obedezcamos una autoridad que hace tiempo que perdieron.
Os dedicáis a enseñarnos las gotas que colman el vaso: un puñado de políticos corruptos, una ley electoral injusta, una reforma constitucional exprés, un Rey haciendo el ridículo de cacería, … Y, así, pretendéis ocultarnos que nos robáis y nos exprimís cada día de forma mucho más intensa. Que sois los propietarios del poder y mandáis a otros a haceros, con gusto, el trabajo sucio.
Estáis disfrutando de la victoria, de las joyas, los viajes. El sector del lujo no para de crecer desde que empezó la crisis mientras el desahucio en las viviendas de las clases populares se convierte en rutina. Pero no termináis de tener claro que eso sea bueno, así que os mostráis divididos entre aquellos que piden más ajuste y aquellos que defiende estimular la economía. Esta división vuestra es la que ha marcado la historia: ¿les estrujamos hasta el tuétano aunque nos odien, aunque se mueran, aunque enfermen lo suficiente para no tener fuerza para odiarnos? ¿O les damos una migajas para que piensen que no tienen que odiarnos, que todos somos, en el fondo, humanos?
Porque nosotros no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Vosotros habéis vivido por encima de las nuestras. No os hemos pedido un iPad, un iPhone, un iPod, tres coches y un piso en la playa. Nos los habéis metido por los ojos para después poder tenernos calladitos, asustados. Para que renunciemos a todo por la posibilidad remota o la simple promesa de tener un salario. Hemos mordido el anzuelo como tantas veces en la historia. Pero sentimos deciros que algo ha cambiado, que ya no lo vamos a hacer más, que ya no nos engañáis. Estamos trabajando duro para evitarlo. Os estamos calando y estamos dispuestos a cogeros la delantera en los años que están por venir. Que no nos hemos ido, que estamos trabajando y aprendiendo.
La propuesta desde Córdoba es firme. Tenemos que organizarnos. Hasta ahora hemos conseguido consolidar cinco asambleas de barrio y la coordinadora local. Hemos participado en luchas locales, barriales y sectoriales. Por eso podemos celebrar victorias concretas, como la paralización de varios desahucios y deportaciones; pero también nuestra consolidación. Y por eso planteamos un momento de reflexión colectiva en el foro construyendo MAYOrías que empieza este domingo 13 de mayo. Para aprender de la forma en la que hemos luchado este año y aprender también de aquellas personas, movimientos sociales y organizaciones políticas que llevan años luchando, porque sin ese trabajo no habríamos llegado hasta aquí. A todas vosotras os decimos: nos seguís haciendo mucha falta.
Así que, organicémonos en nuestros barrios, en nuestros centros de trabajo y en nuestros centros de estudio. Con nuestros compañeros, con nuestros vecinos. Aunque intenten dividirnos en trocitos y enfrentarnos. Trabajadores frente a trabajadores autónomos, parados frente a trabajadores, huelguistas y no huelguistas, con derecho a la sanidad y sin derecho a la sanidad, de aquí o de fuera. Tenemos que aprender que, dentro de nuestras diferencias, nos parecemos más entre nosotros: todos estamos explotados.
Vamos a darle la vuelta. Somos más, aunque estamos peor organizados. Vamos a juntarnos, vamos a organizarnos. Poco a poco, sin la ansiedad que nos imponen sus tiempos, las condiciones de trabajo, la falta de trabajo, el hambre, dar de comer a los hijos, es decir, todas esas condiciones miserables que nos crean para quitarnos las fuerzas.
Cuando uno está solo se rinde antes que si lucha acompañado. No nos rindamos.
Hace un año ya lo decíamos: JUNTOS LO PODEMOS TODO.
Así que, aquí estamos, aquí seguimos.