Baena - Cordoba

En los días previos a la guerra civil un famoso anarquista sevillano alentaba a las masas diciendo: "Nosotros vamos a acabar con estas injusticias. Nosotros vamos a acabar con esta falta de sentido, porque nosotros nos vamos a poner las corbatas de los señoritos y ellos se van a poner nuestras alpargatas"; a lo que le contestó un abogado de reconocido prestigio que estaba por allí: "O sea, que va a ser lo mismo pero al revés"...

Situaciones como la descrita son las que han dado fundamento a la tan llevada y traída "ley del péndulo", ese "quítate tú para ponerme yo" que imita el movimiento cadente de esa pieza clave en todos los relojes antiguos. Nada cambia. En un corto espacio de tiempo la esfera metálica pasa del lateral derecho al izquierdo de la caja del reloj, una vez tras otra, impasible marcando el ritmo del tiempo.

En política este hecho se ha dado continuamente y mucho me temo que continuará repitiéndose. ¿Recuerdan el cuento de las lentejas?. La Revolución francesa acabó con la monarquía en este país, pero lo cierto es que poco después no habrían de tener rey sino mucho más, todo un emperador encarnado en la figura de Napoleón Bonaparte. La revolución de 1868 derrocó por primera vez a los Borbones en nuestro país y, poco después, muchos de los que apoyaron aquel cambio en el modo de gobierno buscaron desesperadamente al general Espartero para hacerlo... rey (tras su negativa, acabaron mendigando por las casas reales europeas hasta encontrar a uno de los vástagos de los Saboya que habría de reinar con el nombre de Amadeo I). A pesar de que fueron los representantes del "pueblo español" los que lo buscaron, luego le hicieron la vida imposible hasta que se marchó y el péndulo histórico nos trajo la I República (cuatro Presidentes distintos en menos de un año, ahí es nada) y "pendulazo al canto" para traer de nuevo a los Borbones. Alfonso XII, su egregia viuda, Alfonso XIII y así hasta 1931 en que otra vez el "pueblo", ese que nunca se equivoca, coreaba aquello de "Estamos de los Borbones más allá de los...", omito rimas pero como era de esperar tanto hartazgo trajo (dichoso pendulito) otra vez la República; en esta ocasión la Segunda. Pero no, no crean que aquel régimen tan ansiado trajo los cambios profundos que se esperaban, no. Su flamante Presidente, paisano de Priego de Córdoba, don Niceto Alcalá Zamora, no se instaló en un modesto pisito de Lavapiés (desde luego que no hubiera sido digno), ni tampoco en uno más ostentoso de la Castallana. El muy republicano Alcalá Zamora se fue a vivir nada menos que al palacio real (ahora llamado de Oriente), claro que ahora el palacio era del "pueblo" y antes de esos denostados Borbones... Ni más ni menos que cuando en Bucarest, Nicolae Ceausescu vivía en una megalómana residencia, tan palaciega como la antes mencionada a la que se daba el eufemístico nombre de "Palacio del Pueblo"... eso sí, era él y sus allegados quienes lo disfrutaban en nombre de los demás. ¡Ahh!, por si alguno no lo recuerda, el dictador rumano se consideraba comunista.

Unos tras otros, los ejemplos nos evidencian lo tantas veces repetido del poder... aquello de que "tienta y corrompe". Unos y otros ceden en sus convicciones (si es que alguna vez las tuvieron) y caen en los mismos vicios y corruptelas de quienes los precedieron. El sistema no funciona y yo, francamente no espero ya grandes cambios en los que dicen que vendrán. Hoy habrán leído ustedes como una ex-concejal de urbanismo de Montalbán reconocía ante el juez "no entender ná" de urbanismo... y lo dice con el mayor desparpajo. ¿Cuántos casos hay así? ¿cuántos en nuestro mismo ayuntamiento? Si en estos momentos hiciéramos una pregunta muy sencilla "¿Porqué quiere usted ser concejal?" ¿creen que la responderían muchos de los que lo son? ¿piensan que sabrían contestar algo una gran mayoría de los que van en las listas?... La respuesta es no. Un no rotundo porque fíjense a las fechas que estamos y aún no he visto propuestas de partidos por este foro, pero propuestas específicas, no ambiguedades tipo "fomentaremos..., apoyaremos..." que quedan muy bien pero que no concretan nada.

Existe un porcentaje de población que ha visto en la política la salida de sus males personales. La utlizan para medrar, para conseguir influencias, puestos de trabajo, un sueldo (aunque sea de concejal) pero para poco más. El que se queja de lo que gana un Teniente de Alcalde, posiblemente se pondría el mismo sueldo si tuviese la ocasión de ser él y lo peor de todo es que cobrará del erario público como la concejal de Montalbán, reconociendo con total desvergüenza que no tiene ni idea de las funciones inherentes a su cargo.

Se nos pide que votemos y que con nuestra acción apoyemos unas siglas, a una persona (tal candidato sería mejor alcalde que tal otro) porque ni siquiera creen en el trabajo en equipo. Se nos pide identificarnos con unas ideas cuyos mentores no las practican y hay quien dice defender unos modelos sociales y económicos que son la antítesis de los que sus partidos defienden. Así de particular es la política en Baena. Una cantera donde abunda el arribismo, la mediocridad y la falta de principios. Cuanto trabajo queda por hacer, cuantas cosas por modificar... la actual situación es tan incongruente que casi habría que empezar de cero. Y es que en nuestra política local una gran cantidad de cosas son al revés de lo que parecen. Si uno se detiene unos instantes a pensarlo (le invito a que lo hagan) es muy posible que exclame como el desafortunado Saboya al intentar entender la situación política española: "Ah, per Bacco, io non capisco niente. Siamo una gabbia di pazzi", o lo que sería igual pensándolo en recio castellano: "No entiendo nada, esto es una jaula de locos".

Desgraciadamente en España, ya no hay remedio. Somos un pais muy desprestigiado en la comunidad Europea. Este es un pais de pícaros y pillos