Baena - Cordoba

lunes 27 de diciembre de 2010

La Justicia hace aguas
Que uno de los pilares del Estado de Derecho, la Justicia, hace aguas allá por donde se la examine, no hace falta demostrarlo pues la casuística que generan nuestros juzgados es lo suficientemente elocuente.
Por ello que me hayan parecido muy acertadas las declaraciones del nuevo decano del Colegio de Abogados de Córdoba, José Luis Garrido, denunciando la situación por la que atraviesa este poder del Estado.
Afirma Garrido que a lo largo del 2010 la Junta de Andalucía no ha hecho efectivas las cantidades económicas -supongo que nada cuantiosas- que han de cobrar los abogados por el turno de oficio.
Esto indica, como muy bien recordaba el nuevo decano, no solo la falta de interés por parte de la Administración autonómica andaluza con respecto a la Justicia, lo que incluso se ha hecho patente al eliminar la Consejería específica, sino, y esto lo apunto yo, una clara dejación de funciones hacia quienes socialmente soportan un mayor desamparo y precisan de un abogado de oficio que les asista.
La responsabilidad de los abogados ha permitido que se mantenga este servicio, si bien a costa del bolsillo de los propios letrados, algo insostenible en el tiempo.
Pero no solo eso apuntaba José Luis Garrido. Hacía referencia, también, al colapso existente en los órganos de instrucción y al caos que se vive en los juzgados de guardia, supongo que, en gran medida, por la falta de instalaciones, de personal y de desarrollo informático.
No olvidemos el fraude que estamos viviendo los cordobeses con la tantas veces prometida Ciudad de la Justicia, de la que solamente existe un amplio solar con una valla publicitaria que anuncia, desde hace años, su futura ubicación, mientras las sedes judiciales carecen de las condiciones necesarias para el correcto desempeño de su función.
Ello lleva, finalmente, a que, como apuntaba el decano de los abogados cordobeses, los procedimientos civiles se señalen con un año de retraso, con las graves repercusiones económicas y sociales que tal desajuste provoca, y a que en último término la Justicia pierda la esencia de ser justa por el simple hecho de no ser rápida.
Si a ello sumamos el deplorable ejemplo que nos ofrecen algunos de los "jueces estrella", la utilización partidaria que de una institución como la Fiscalía General del Estado se hace, o las luchas existentes por colocar a unos u otros candidatos en el Tribunal Constitucional, la verdad es que no nos queda mucho espacio para el optimismo.
Desde organizaciones como los Colegio Profesionales puede lucharse muy activamente para modificar situaciones como esta, que en otros muchos sectores también se vienen produciendo. Tal vez por ello el empeño del PSOE en eliminar la colegiación obligatoria a fin de restar poder a tales instituciones y, con ello, disgregar la voz de quienes las integran, en la mayoría de los casos profesionales de un reconocido nivel intelectual y crítico.
Alguien me decía no hace mucho que Rodríguez Zapatero ha venido desarrollando escrupulosamente los principios de la logia masónica Gran Oriente de Francia, lo que no voy a poner en duda dado el conocimiento que del tema tenía mi interlocutor.
Lo cierto que que al igual que uno de los principales objetivos masónicos es la transformación de la sociedad, ZP viene dando, desde hace siete años, los pasos necesarios para hacer de la española una sociedad distinta, carente en muchos casos de valores y en muchos otros de principios, uno de ellos el de justicia, hoy en día en entredicho.