Baena - Cordoba

l presidente no electo de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, irrumpió ayer en la radio bajo una ciclogénesis anfetamínica articulando ruidos y acusando a este periódico de publicar «basura». Por «basura» entendía las noticias sobre la confusa operación que le hace dueño de un ático pintón en Marbella y presuntamente lo conecta con algunos maulas de la corrupción que orbitaron alrededor de su partido. El espectáculo fue sensacional. Pobre, garduño, palabrón, pero sensacional. Esta es la herencia que nos han encalomado.

El señor González no calculó que si un periódico da basura es porque la realidad que algunos generan es basura. Sucede, por ejemplo, cuando el gansterismo se instala en el Estado. Cuando el avecrem de un país es un caldo grueso de políticos judicializados. Cuando el timón se lo reparten entre los viciados y los culpables. No sé si me explico. Basura es hacer de la política una hermosa lavandería. Basura es degradar a la peña hasta un continuo incinerarse, mientras un periódico revela las trampas y los saqueos perpetrados desde los poderes. Basura es hacer de las vidas decentes una agonía. Basura es traspapelar la verdad con la amenaza. Basura es confundir el préstamo del voto con un contrato ilimitado. Basura es no tener huevos para reconocer los errores. Basura es acosar. Basura es aceptar la mordaza de los partidos y la disciplina de voto. Afirmar que la prensa es basura, así, a bulto, es tener una limitadísima visión de la realidad humana. Y eso no mola.

Sospecho que para el señor González soy basura cuando escribo esto (y cuando voy a Casa Mingo a comer pollo asado para contarlo después). Igual considera también basura la mecha ciudadana que prende en Burgos y cuyo salfumán va más allá de la confección de un bulevar en Gamonal. La desigualdad, la injusticia, la pobreza inducida y la humillación no son un invento de la prensa, sino el resultado de la chulería de los que hacen política escupiendo por un colmillo. La democracia enferma cuando se incuba en la basura. Hay que trabajar para encontrar el foco de tétano. Y también para algo así está la Prensa, caballero. Para hacer visible la gaseosa cultura de la corrupción de la que nos han hecho rehenes. Estamos dando la campaná en Europa. Antes era el amarillismo, que alumbró crímenes de Estado. Hoy es la basura. A ver qué trae ese reverso maloliente de la opulencia que es el desperdicio. Conviene averiguarlo ya. Como canta Robe Iniesta: «Paso de vivir en diferido». Voy a poner un rato a Extremoduro. Buenos días
ANTONIO LUCAS

¿Y todo esto qué repercusión tiene en BAENA ?

Alguien tiene que ver como esta Baena de sucia. Para que pagamos impuestos. Las sopladoras ensuncian la puerta de mi casa.

Y la mía también, para que pagamos si lo que hacen es ensuciar, es una verguenza