Os dejo un extracto del artículo de Jesús Cacho de Voxpópuli. Al parecer Mariano y Burracalva con la bendición del Campechano han puesto en marcha la "Operación Tijera"....
No es arriesgado afirmar que, a pesar del sufrimiento causado, España logrará salir de la crisis económica con más o menos tiempo y esfuerzo; superar la crisis política, en cambio, parece mucho más difícil, casi insuperable hoy para un país necesitado de unos liderazgos de los que carece. La corrupción se ha convertido en una rémora no ya para el desarrollo de una economía competitiva en el marco de un mercado libre, sino para la viabilidad de la democracia. Oído no hace mucho en el reservado del restaurante Lavinia, calle Ortega y Gasset de Madrid, a un empresario del norte: “Bueno, Luisito [Bárcenas], a ver cuándo me arreglas lo mío, que te he dado 50.000 corticoles y no me han recalificado todavía el p.to cine…”. Y esta misma semana, a un alto cargo del PP: “Sí, es verdad que Lapuerta, siempre tan amable a diferencia de Bárcenas, te llamaba después [de cobrar el sobresueldo], oye, Fulano, que tienes que recibir a Mengano, de tal o cual empresa… Y todos entendíamos que Mengano se había mostrado generoso con el partido y había que tratarlo bien”. Una cosa parece clara: o se acaba con la corrupción, o la corrupción acaba con la economía y con la propia democracia.
La 'peración tijera' pretende rebajar los tres asuntos que podrían hacer saltar el Régimen: Bárcenas, los ERE andaluces, y la pesadilla del yernísimo Iñaki Urdangarin
Por desgracia y parodiando el evangelio de Mateo, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que la alianza entre la clase política dominante y la elite financiera que apacienta al Rey Juan Carlos consienta en la apertura de ese proceso constituyente que debería marcar el principio de una regeneración radical de nuestro marco de convivencia. Alertó de ello Federico Castaño el martes en vozpopuli: “El PSOE se malicia un pacto de Rubalcaba con Rajoy para poner sordina al ‘caso Bárcenas’ y al escándalo de los ERE”. Cuentan en la Cuesta de las Perdices que el acuerdo a tres bandas –PP, PSOE y Zarzuela- está en marcha y ya tiene nombre: “Operación Tijera”. Se trata de rebajar hasta una dimensión controlable el tamaño de tres escándalos cada uno de los cuales, por sí solo, podría llevarse por delante un Régimen: el caso Bárcenas, el asunto de los ERE andaluces, y la pesadilla del yernísimo Iñaki Urdangarin. Para cada uno de ellos se estaría en el diseño de soluciones a la carta, que incluirían en algún caso cómodas estancias en prisión con salida y dinerito garantizado. Cuentan que la labor de Gómez de Liaño consistiría en reconducir a su cliente por la vereda de ese apaño, con alguna que otra ayuda mediática (“un buen periodista es aquel que sabe distinguir el grano de la paja; publica la paja y negocia con el grano”).
El PP se lo juega todo, incluso la eventualidad de una escisión, a esa carta. En cuanto al PSOE, aseguran que ese acuerdo tripartito es defendido por la columna vertebral del socialismo –Felipe González, Rodríguez Zapatero y Rubalcaba-, interesada en “no hacernos daño inútilmente con la derecha, si queremos impedir il sorpasso de IU”. Nadie tan interesado, quizá como el propio Rey de España, que estos días, y aparentemente ajeno al desastre Bárcenas, prepara con ahínco un más que sorprendente viaje de Estado a Marruecos, país al que alguna vez ha aludido en privado como idóneo lugar de retiro en caso de eventual abdicación, para el que ha movilizado a las fuerzas vivas –y casi muertas ya- del Régimen. En Rabat reside el antaño famoso príncipe Tchokotua, íntimo del Monarca e intermediario en la venta de armas españolas al norte de África. Y en Rabat habita, naturalmente, el Rey Mohamed VI, con quien Juan Carlos I pasará en discreta privacidad dos de los cuatro días de su estancia en el país vecino. Viaje sin sentido, a contracorriente de los acontecimientos, plagado de incógnitas. ¿Tiene algún futuro este Régimen?
