Almodóvar del Río - Cordoba

Cuatro millones de parados le dan un suspenso al político que debe afrontar el caos
Marta Yoldi | 11:10 - 17/08/2009
2 comentarios

Es el ministro económico peor valorado, solamente superado por el vicepresidente tercero Manuel Chaves. La razón es bien simple: Celestino Corbacho es quien tiene que afrontar la nefasta consecuencia de la crisis en España, es decir, 4,13 millones de personas sin empleo. Y es quien tiene que buscar fórmulas para mitigar este problema, que es el que más preocupa a los españoles.

Cuando este catalán de origen extremeño tomó posesión de su cargo, en abril de 2008, la tasa de paro era del 9,6%, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Un año y dos meses después, esa misma fuente arroja una tasa del 17,9%. En poco más de un año, ha crecido casi un 100%.

Él mismo se ha mostrado cauto ante los últimos datos del paro registrado en los Servicios Públicos de Empleo en el mes de junio, que ha caído por tercer mes consecutivo. Atención al otoño, advirtió hace unos días.

La sangría del desempleo es la gran lacra que persigue a este político procedente del PSC. Pero no la única.
Ruptura del Diálogo Social

En los últimos días de julio, la negociación del Diálogo Social entre Gobierno, CEOE, Cepyme, UGT y CCOO saltaba por los aires. En las reuniones no se había conseguido lograr ni un solo acuerdo. La imagen de los agentes sociales y el Ejecutivo levantándose de la mesa entre acusaciones y reproches ha contribuido a dinamitar la reputación mediática de todos los participantes y sobre todo de los políticos. En un país con más de 4 millones de parados es difícil explicar por qué no ha habido ni un mínimo punto de encuentro.

La última aparición del ministro de Trabajo fue el pasado jueves día 13, cuando se celebró un Consejo de Ministros extraordinario, en el que la medida estrella fue la aprobación de una ayuda de 420 euros para parados sin prestación. Aunque esta ayuda ha sido bien acogida, la impresión de que del Ministerio de Corbacho sólo salen ideas y dinero para poner vendas al hecho mismo del desempleo va en aumento.

Desde la aprobación del Plan E, dotado con 8.000 millones de euros para obras municipales y que ha contribuido a adelgazar las listas del paro, las iniciativas para crear empleo brillan por su ausencia. Si bien este plan va a tener una continuidad, con otros 5.000 millones, a nadie se le escapa que sigue siendo provisional.

Al ministro Corbacho también le acompaña la imagen del "No" a cualquier cambio en la legislación laboral. La modificación del mercado de trabajo no depende solamente de sus deseos, pero es él quien debe transmitir la negativa de su Gobierno a mover ni una sola coma de la normativa que rige el mercado laboral en España. Y lo hace con mala cara. Que se lo digan si no al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez; al comisario de Asuntos Económicos de la UE, Joaquín Almunia; al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, o a los dirigentes del PP.
Imagen inédita

Este ministro arrastra otro gran lastre: es el primero que ha visto manifestarse a los autónomos y a las pymes ante las puertas del Congreso de los Diputados. Ni en la crisis económica de principios de los años 90 había ocurrido. Bien es verdad que entonces los trabajadores autónomos estaban menos organizados, pero también que ahora están más golpeados por la recesión.

De su segundo cometido, la inmigración, poco hay, salvo algún fracaso, como la capitalización de la prestación por desempleo para los extranjeros que volvieran a su país y que tan escasa acogida tiene.

Corbacho es uno de los ministros que menos va a veranear este año. El paro, la reanudación del Diálogo Social, la temporalidad, la reforma del Pacto de Toledo o la suficiencia de las prestaciones son algunos de los muchos asuntos que le esperan en septiembre.

https://codiario.eleconomista.es/politica/noticias/1477659/08/09/Cuatro-millones-de-parados-le-dan-un-suspenso-al-politico-que-debe-afrontar-el-caos.html